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miércoles, 5 de enero de 2022

UN AMANECER DIFERENTE

 


   (Fotos: Lore y Andrés)


     Queridos karatecas, hoy me gustaría contaros algo que he aprendido este año…

    Para mi el pasado 2021 ha sido un año lleno de sentimientos que me ha conllevado a momentos de estrés , preocupación , ansiedad, rabia … pero bueno supongo que será parte de la adolescencia.

    Empecé el año estando confinada en mi cumpleaños, en ese momento me derrumbé pensando que como yo podía llegar a tener tan mala suerte, y luego me paré a pensar y me dije a mi misma que esta no iba a ser ni la primera ni la última cosa que me iba a pasar, y me di cuenta que si yo quería sobrevivir el año tenía que apartar esas preocupaciones y aprender que no me distrajeran ni me impidiesen a cumplir todo lo que quería conseguir .

    Esto viene unido con el significado del “misogi”, un acto de voluntad que a pesar de las condiciones atmosféricas y los ¨retos¨ que nos impongan al final todo depende de nuestra fortaleza mental.


    ¿Cómo ha sido mi experiencia?

    He de decir que no me ha resultado fácil, y me conllevó un tiempo decidir qué es lo que iba hacer, y finalmente me mentalicé que pasase lo que pasase yo ya había tomado la decisión e iba a cumplirla .

    Sabía que las sensaciones negativas me podían llegar a causar duda y que el frío iba a ser un gran obstáculo . Pero ahí llegó mi autocontrol de no dejarme llevar por lo que sentía en ese momento y simplemente centrarme en mí y apartar esos pensamientos que intentaban impedirme.


    Durante los quince minutos de meditación, sin poder moverme, tuve que enfrentarme a todas las distracciones e ignorarlas y centrarme en el sonido de las olas , de los pájaros... y sentir esa paz interior mirando hacia el horizonte simbolizando un nuevo comienzo.



 Luego procedí a los 108 tsuki donde buscaba liberar todas esas energías negativas que llevaba arrastrando durante el año y poder desahogarme soltando esa fuerza para poder acabar con ellas.






    Este año ha sido el primer año que he decidido sumergirme en el agua para poder empezar el año dejando el pasado atrás. Es la cosa que más temía de todo el ritual pero sin embargo fue la más gratificante y liberadora de todas. Con la visión de poder tener todo el mar por delante era impresionante. Empezamos haciendo el kata “sanchin“. Al salir del agua de espaldas, cada paso que daba en la orilla dejaba atrás el pasado sin dejar de mirar al horizonte.







    Ya al salir del agua, por último, realizamos “tensho“ simbolizando ese nuevo comienzo después habernos purificado.





    Escribir esta experiencia tiene un significado muy valioso, y poder compartirlo con vosotros, mis compañeros karatecas y mi sensei. A pesar de que no pudimos ver el amanecer, quiero agradecer que entre todos pudimos iluminarlo y hacer esta experiencia posible.

Patricia Gálvez










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