Bonnô mujin seigandan “por numerosos que sean los bonnô,
hago el voto de resolverlos todos”.
Este es el segundo gran voto de todo bodhisattva en su compromiso
de seguir un camino de auto-realización a favor de los demás. Nosotros también
hemos querido empezar el año con un gesto de compromiso personal plasmado en
una sencilla ceremonia.
Los bonnô son aquellos fenómenos, en su mayoría mentales,
que perturban y afligen nuestro espíritu. Nos llevan al sufrimiento a la vez
que nos alejan de la felicidad. Se dice que la principal causa de los bonnô es
el nacer, pues son inherentes a nuestra naturaleza. Por ello el reconocerlos
cuanto antes es importante pues inicia el proceso de su resolución.
A través de la meditación y de la práctica concentrada
del Karate podemos conseguir que nuestro espíritu no sea arrastrado por estos
fenómenos que nos separan de lo realmente importante en nuestras vidas.
En Oriente el número 108 tiene un profundo significado en
muchas líneas de pensamiento. Los 108 bonnô a veces son simplemente enumerados,
en otras muchas ocasiones se llega a este número a través de diversas
operaciones. Por ejemplo, dentro de la tradición budista, se dice que a través de los seis
sentidos (vista, oído, olfato, tacto, gusto y mente) se puede percibir de
forma agradable, desagradable o neutra, lo que da lugar a cosas puras o
impuras, que pueden ocurrir en el presente, en el pasado o en el futuro (6
sentidos x 3 preferencias x 2 resultados x 3 existencias = 108 bonnô).
Relacionándonos con
la tradición japonesa de despedir el año con 108 campanadas en los
templos budistas, 107 en el año que se va y una en el que entra, realizamos el
ejercicio de efectuar ciento ocho tsuki. A través de este acto ponemos atención
en la existencia de los 108 simbólicos bonnô, pues debemos no solo reconocerlos
sino también tenerlos presentes para llegar a ser conscientes de su vacuidad.
El maestro zen Tozan (807-869) decía que la única
manera de no sentir frío era sentirse uno con el frío, vencerlo sin oponerse.
Así, sin desaparecer, deja de ser un obstáculo.
El kata Sanchin, traducido como “tres batallas” en
referencia al cuerpo, mente y espíritu, ahora se centra en esta enseñanza de
vencer sin resistir, aplicada también en la victoria sobre tres de los mas
fundamentales bonnô: el deseo, el odio y la ignorancia.
El deseo de cubrir nuestras necesidades vitales (físicas,
mentales y espirituales) puede convertirse fácilmente en avidez de
conseguir mas y mas hasta esclavizarnos o distraernos de lo importante.
El odio es generado por la insatisfacción que puede
producir lo que no se tiene y por aceptar solo la parte agradable de las cosas,
llevándonos a la impaciencia, la cólera, la crítica, al alejarnos de lo que nos
disgusta, y hasta a la violencia.
La ignorancia de todo tipo es nefasta para nuestra
felicidad. Comenzando por ignorar nuestra verdadera naturaleza, nuestro lugar
en el universo y el conocimiento profundo de nosotros mismos y terminando por
el desconocimiento de nuestra cultura, de porque somos como somos y hacemos lo
que hacemos.
Por fin, una inclinación de profundo respeto como
corresponde a tan pequeños seres dentro del Universo.
Antonio Avila