Morio Higaonna sensei en zazen |
Como decía el conocido maestro de
Yoga,
Ramiro Calle, en la introducción de un ya viejo libro sobre el Zen
y las Artes Marciales Japonesas (Ed. Cedel, 1968), para escribir
sobre el Zen
lo mas apropiado sería entregar un libro en blanco para que cada
cual escribiese su propia experiencia, ya que todo lo que realmente
puede escribirse sobre el Zen
es precisamente eso: la propia experiencia.
En el Zen
no hay nada sobrenatural, es un mapa que permite que cada cual
recorra su propio camino. Personas corrientes con pasos normales van
hacia la superación de la vulgaridad mundana y del vulgar estilo de
vida egoísta, que no producen mas que sufrimiento y una vital
desorientación. El maestro zen Tsuji Gestan (1647-1726) también
maestro de espada (fundador de la escuela Mugen
Ryu) decía que el Zen
te enseña la importancia de la vida diaria. Enseña que la grandeza
de la vida no radica en las cosas artificiales ni en las comodidades
materiales (estamos hablando del siglo XVII), sino en la vida
ordinaria, haciendo cosas ordinarias, de una manera ordinaria y es
una desilusión creer que hay algo especial por el simple hecho de
ser humanos y sentirnos superiores a otras formas de vida. Y lo que
es mas importante, el Zen
te muestra la realidad. La realidad es ver la vida desprovista de
Ilusión, entendida la Ilusión como lo no real.
Maestro zen Taisen Deshimaru |
El Zen
no adoctrina, al contrario solo invita a que uno mismo recorra el
camino y propone como método el zazen,
solo sentarnos con nosotros mismos, sin estados de trance o
alucinaciones, sin intereses personales, sin intención de logros…
Solo desarrollar la consciencia del ser y del estar en cada momento,
de la transitoriedad e impermanencia de todo lo que nos rodea a
excepción del “aquí y ahora”.
La Iluminación, el satori,
no son objetivos, no son estados excepcionales. El maestro zen
Deshimaru
decía: “El
Satori es volver a las condiciones normales y comprender el sentido
de todas las cosas de la vida sin coloración neurótica”.
La experiencia del Zen
es la consciencia ordinaria, el estado de alerta, la percepción
abierta y directa, el control natural. Para ello debemos liberarnos
de condicionamientos y visiones distorsionadas por las necesidades de
un fuerte ego.
La
practica del Zen
está pues relacionada con la investigación sobre nosotros mismos y
la relación con todo lo demás. Nos hace conscientes de la necesidad
de una vida espiritual para enfrentarnos tarde o temprano a las
verdades de la Vida. El maestro zen
Nishiyama Kudo dice que el verdadero
budismo es poner nuestra fe en la realidad, pero que esta realidad
tiene dos aspectos: uno espiritual y otro material. Por ello se suele
decir que el Zen
no es ni racional ni irracional sino post-racional.
Daruma |
Se
atribuyen las siguientes palabras al mítico Bodhidharma (Daruma en
jap.) considerado primer patriarca zen
y origen de estilos de lucha y prácticas de Chikung
(Kikô
en jap): “Conoce
tu mente mediante la sabiduría interna y cuida tu cuerpo mediante la
disciplina externa”.
Este buen consejo, en nuestro caso, enlaza el Zen
con el Karate-dô,
convirtiéndose en una sola práctica.
No
vamos a comentar la relación que siempre a tenido en Zen
con las Artes Marciales japonesas, sino a centrarnos en la que tiene
con el Karate
desde que es Karate.
Algunos
maestros okinawenses no ven clara esta relación y dicen que quién
practica zazen
para mejorar su Karate,
es porque quizás su Karate
no sea muy bueno. Desde otro punto de vista, otros opinan que el Zen
no es diferente al Karate,
pero no es para pelear mejor.
Ambas
disciplinas buscan conquistar el ego.
Lo que se practica en el dôjô
(de Karate
o de Zen)
es primeramente para lograr la victoria sobre uno mismo, requisito
imprescindible para aspirar a vencer a otro, lo cual pasa entonces a
ser secundario. Este es el sentido de su relación, no una simple
estética de reglas y postureos, o de frases que solo “apestan a
Zen”,
una expresión que da a entender que no se comprende profundamente.
Karate
y Zen
coinciden totalmente en otros muchos elementos como la importancia
del mokuso,
el tanden,
la respiración, la consciencia y la concentración. Ambos son
esencialmente empíricos y animan a la practica, pues sin experiencia
no hay aprendizaje real.
A
continuación vemos algunos ejemplos y referencias de los maestros de
Karate
en relación al Zen:
Morio
Higaonna sensei
habla de que se cree que Chojun Miyagi sensei
(1888-1953) se concentró mucho en las practicas ascéticas de la
meditación zen.
En su “Esbozo histórico del Karate”
(Osaka, 28/1/1936) Miyagi sensei
dice: “Al
final hemos obtenido el lema correcto “mente primero y cuerpo
después” que significa que Karate y Zen son lo mismo”
Sin embargo Miyagi sensei
no introdujo el Zen
en el Karate
de manera explícita.
Choki
Motobu sensei
(1870-1944) en “Watashi
no Karate Jutsu”
de 1933 habla de que la concentración y la tranquilidad de espíritu
que proporciona el Karate
es algo que tiene en común con el Zen.
A
mediados de los años 20 Gichin Funakoshi sensei
(1868-1957) comienza al practica del Zen
con el abad Furukawa Gyodo en el templo Enkakuji de Kamakura (hoy en
día existe en este templo una estela en su memoria con la
inscripción Karate
ni sen te nashi)
Shoshin Nagamine sensei: Matsubayashi-ryu |
Shoshin
Nagamine sensei
(1907-1997) incorporó la practica de la meditación zen
en sus clases, aunque decía que el Zen
nunca influenció al Karate
en el pasado.
Morio
Higaonna sensei
en su periodo de estancia en Tokyo dedicó un intenso esfuerzo a la
practica y estudio del Zen.
Como el mismo diría, llegó a la conclusión de que no era algo
separado del Karate
y que a través de la practica de este se podía seguir practicando
Zen.
Higaonna sensei
mantiene
una estrecha relación con
Sogen Sakiyama Roshi
de la secta zen Rinzai,
quien fue alumno a su vez de Chojun Miyagi sensei
en su juventud.
Sakiyama Roshi y Higaonna Sensei |
Para
terminar esta breve reseña daremos algunos consejos para la práctica
del zazen,
la
meditación sentada, de la que se dice
que es un kata
con una postura única (K. Tokitsu).
En
zazen
hay dos instrucciones fundamentales: en la postura y en la
respiración.
La
postura perfecta en equilibrio perfecto, en inmovilidad y con el
vientre (hara)
libre.
Respiración
armónica, abdominal y nasal. La lengua se pega al paladar.
Bodhidharma
decía que “para ver un
pez, se debe observar el agua”.
Solo observaremos por tanto, desde nuestra solida postura y armónica
respiración.
El maestro Kodo Sawaki en zazen |
Pero
pronto tomamos consciencia de que tenemos pensamientos que surgen de
manera mecánica e inconsciente. De que son asociativos, valorativos
y relacionados con nuestra emociones. Pensamientos que son creados
por nuestro ego,
con sus preferencias ilusiones, miedos, defensas, etc. Este ego
no soy Yo, y aprendemos a dejar pasar los pensamientos como nubes. La
mente llegará a disciplinarse en este sentido y podremos
concentrarnos en la observación de nuestro verdadero Yo.
“Las cosas son como son" decía el patriarca zen Eihei
Dōgen.
Antonio
Avila
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