Hace
algunos años que sigo el trabajo del maestro de Grulla Blanca Martin Watts,
pero hasta hace una semana no había tenido la oportunidad de poder recibir sus
enseñanzas.
El
maestro Watts practica el Wêng Gông Ci Wu Shu Guan de la ciudad de Yông Chûn,
donde se mantiene el linaje de la Grulla Blanca desde el siglo XVII.
El
maestro Morio Higaonna, en su investigación sobre los orígenes del Goju Ryu ha
visitado esta ciudad y pudo compartir con los maestros formas y conceptos.
(ver: https://www.youtube.com/watch?v=UXXMGfoGBgM). Según el maestro Watts, Xie Zhong
Xiang (RuRuKo) con quien la tradición dice que aprendió Kanryo Higaonna sensei,
pudo ser alumno de Pan Yu Ba del clan Pan, uno de las dos “familias” de la
Grulla Blanca en Yong Chun. (Ver artículo de M. Watts, “Colgando el sello”)
Pero
nunca es lo mismo aprender las conclusiones de otro que llegar a ellas a través
de la propia experiencia.
Siempre
digo que cuando intentamos aprender algo nuevo debemos ir con “espíritu de
principiante” (Shoshin), olvidando todo lo que sabemos y aplicándonos a
la nueva experiencia. Esto tiene un problema, y es que se nos verá torpes e
inseguros y nuestro ego no siempre lo soporta, por lo que haremos lo que pretendemos
aprender “ a nuestra manera”.
Como
lo que a mí me gusta es aprender, sé que lo estoy haciendo cuando me siento
torpe, y como me empeñé en hacer Grulla Blanca y no Karate, ese fue mi estado
normal por unas horas, de lo cual me alegro mucho, y esto a pesar de que muchos
de los conceptos eran afines al Goju Ryu y conocidos por mí. El poder
experimentar tanto en tan pocas horas debo agradecérselo también al empeño que
puso Martin en presentarnos su enseñanza de manera amena y abierta.
Go
y Ju o Yin y Yang, interno y externo, respiración, tanden, movimientos
genéricos y específicos, y otros muchos temas fueron tratados. Ahora es el
momento de seguir experimentando y comparar con lo que ya sabemos, pues el
curso para mí ha sido muy inspirador.
Retomar
un tema con un nuevo punto de vista o incidiendo en algún aspecto, es
refrescante y además nos llama la atención sobre sutilezas que de otra manera
se dejan de practicar. Pienso que los practicantes modernos tendemos a
abandonar lo que no dominamos o entendemos, muchas veces por desconocimiento, y
esta falta de interés por aprenderlo simplifica y empobrece cada vez mas el
Karate.
Para
terminar esta reseña, además de mi agradecimiento al maestro Watts por
compartir sus conocimientos en la
esperanza de tener más oportunidades de hacerlo en el futuro, también querría
extenderlo a José Cifuentes, organizador del curso en su dôjô Shubukan. Gracias
a los dos.
Antonio Avila
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