¿Quién o qué es un
maestro?
¿Basta con tener el título o grado para serlo?
…Se nos ha enseñado que la “conciencia de la
propia virtud es arrogancia espiritual” por lo que “el maestro
paradójicamente es una persona que en esencia pasaría su condición
de maestría inadvertida y “desconocida” principalmente para sí
mismo”.
En palabras simples, un verdadero maestro es una
persona realmente sencilla y humilde… Por el contrario, quien se
reconoce ante los demás, o secretamente en su interior como “un
sabio y humilde maestro”, un iluminado, un poseedor de la verdad,
una persona superior a otras... Con seguridad no lo es… Podemos
entonces comprender rápidamente cuán lejos nos mantiene nuestro ego
de la condición de maestría…., por eso la importancia de escoger
bien a nuestro maestro y a quienes son nuestros compañeros.
El maestro en realidad también puede ser “algo”
que encarna muchas veces sin saberlo, el conocimiento mismo, es una
lámpara que alumbra el camino. El maestro así entendido no es solo
una persona, también puede ser una palabra, un relato, un perdón,
un sonido, una experiencia, o un ejemplo de perseverancia. Y es que
el “maestro” llega, nos visita, pasa y enseña sin buscar
hacerlo, y con su sola presencia nos educa y nos deja el aroma de su
paz.
Habiendo dicho lo anterior creo que los grados y
títulos en karate do, si bien es cierto son un reconocimiento
externo y una responsabilidad interna no son en sí mismo garantía
de nada. E incluso por esas cosas del “ego” estos pueden llegar a
ser una espada de doble filo que finalmente puede cortarnos a
nosotros mismos creyéndonos un cuento que no es más que una
ilusión.
Dicen que el volver a empezar siempre de nuevo es
el secreto de los que triunfan…
Por esto quizás… volver a ser siempre un
cinturón blanco sea el secreto del cinturón negro,
volver a
ser siempre un aprendiz sea el secreto del profesor,
volver a
empezar siempre de nuevo sea el secreto del maestro…
Dedicado a mi amigo Carlos.
Raúl Ruiz.
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