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martes, 12 de junio de 2018

ACTITUD



Al igual que un bonsai es una representación en parte simbólica de la Naturaleza, el dojo lo es de la vida. En él podemos y debemos aprender y experimentar aquellas actitudes y aptitudes que puedan mejorar nuestras vidas y las de los demás. Dice un proverbio zen queel propósito de aprender es poner en práctica lo aprendido.



















Una de las herramientas motivadoras que utilizamos en el aprendizaje es el examen (shiken en japonés). El examen nos proporciona unos objetivos a conseguir en un espacio de tiempo. Pero lo que se exige en él no son los resultados sino el esfuerzo empleado. Podemos pensar que no es importante el presentarse o no para conseguir un nuevo grado pero, su nivel de importancia es equivalente al esfuerzo que le dediquemos a su preparación. Acceder a un nuevo examen no es dejar pasar el tiempo en una práctica cómoda, monótona y sin un especial interés personal. Es progresar, es buscar nuevos cambios en nosotros en los niveles físico, técnico y espiritual (Shin-gi-tai).

Nuestra actitud hacia el progreso y el cambio es fundamental en nuestra vida. Cuando nos estancamos y pensamos que el nivel que tenemos es “suficiente” perdemos la ilusión y las excusas pasan a dominarnos convirtiéndolas en “leyes”. La edad, la salud (también las lesiones) y el trabajo nos proporcionan la mas amplia variedad de ellas, y estas nos bloquean el avance, justifican nuestros fracasos y nos impiden buscar soluciones o alternativas.

El estudio del Karate, como el de la vida, es apasionante precisamente porque está en constante cambio. Cambian las circunstancias de la practica porque cambiamos nosotros y nuestro entorno y porque la experiencia y el aprendizaje nos va dando nuevas perspectivas. Lo único inamovible es el cambio, por eso no podemos dejar de estar activos, no podemos conformarnos o darnos por vencidos pues caeremos en el desánimo y veremos cada vez mas borrosa nuestra razón de practicar, o de vivir (ikigai). Se dice que se envejece en el momento en que se deja de aprender.





















La vida y la práctica del Karate deben estar en constante mejora (Kaizen), a veces solo con pequeños éxitos que vayan asentando nuestra autoconfianza, superando uno a uno los obstáculos,  intentándolo una y otra vez sin descanso. Esto implica autodisciplina, constancia y objetivos.


En nuestro dojo, cuando un practicante finaliza con éxito su examen de paso de grado, inmediatamente es “obsequiado” con el programa de su próximo examen. Y esto es porque la mejora es para todos los días, hay que seguir al día siguiente. Hay quien lo guarda y piensa que ya ha conseguido su nuevo grado y se merece un descanso. Si trasladamos esto a nuestra vida diaria sería como decir, al fin he conseguido ser padre, ahora descansaré unos meses antes de empezar a ejercer como tal.



En la vida y en el dojo hay circunstancias que pueden facilitar nuestro progreso, o que pueden entorpecerlo, la gran diferencia está en la actitud que tomemos ante ellas sacando el lado positivo de ambas y diferenciando aquellas que dependen de nosotros y sobre las que podemos actuar, de aquellas que irremediablemente están fuera de nuestro control. El Universo no se confabula contra nadie, depende de nosotros lo que consigamos y en cierta manera lo que nos pase en consecuencia. Que nos caiga un tiesto en la cabeza no tiene nada que ver con lo buenos o malos que seamos, es algo que está fuera de nuestro control, y la causa es que estábamos debajo en ese momento, nada mas.


Por todo esto os animo que preparéis vuestros exámenes con ánimo e interés, sin excusas que os frenen, sino con soluciones que os ayuden. Presentarse sabiendo que dais todo lo que tenéis y que habéis invertido el necesario esfuerzo es garantía de éxito porque es lo que realmente se exige. Además es altamente gratificante y motivador para nuestro progreso y autoestima. Al contrario, hacerlo con el mínimo esfuerzo, aunque este sea suficiente para pasar las pruebas exigidas formalmente, tendrá el efecto contrario y aunque busquemos excusas está claro que el problema de nuestra mala actitud estará en uno mismo.

Antonio Avila

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