Ayer celebramos la cena de
Navidad. Un año mas que se acaba y que culmina con esta reunión de amigos. Un año fructífero en el que hemos entrenado juntos, asistido a
cursos y organizado todo tipo de actividades.
He de agradecer a todos mis
alumnos la confianza que depositan en mi y el cariño que me transmiten en ocasiones como esta. También
por todo aquello que aprendo de ellos tanto dentro como fuera del tatami. Unas veces por lo que me enseñan
directamente y otras por los retos que plantean haciendo que me mantenga atento
y activo en mi propia instrucción.
Recibiendo regalos. Gracias por el esfuerzo de todos. |
Son el alma del dôjô y cada uno
da su especial aportación para convertirnos en el fantástico y variopinto grupo
que somos.
Este año de nuevo hemos crecido,
tanto en número como en experiencias, lo que nos mantiene en movimiento y
motivados para seguir caminando.
Si quieres hacer algo
rápido es mejor hacerlo solo, pero si quieres hacer algo grande es mejor hacerlo con otros. Nosotros ya tenemos algo grande y gracias al
apoyo mutuo, cada uno podrá llegar tan lejos como se proponga tanto en el
Karate como en el camino vital que propone (Dô).
Decía un maestro que tener amigos y discípulos te da la gran oportunidad de tocar el corazón de los demás con el arte del Karate-dô, pero sobre todo, de conocerte a ti mismo.
De nuevo, gracias a mis alumnos y amigos por este año redondo y vamos con fuerza a por el que viene.
Ganbatte!!!
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