Es una húmeda y calurosa tarde de finales de Julio en la isla de Okinawa. Al medio día habíamos llegado desde Tokyo y tras registrarnos en el hotel salíamos con verdadera ansia de ver lugares de la isla. Nos dirigimos al distrito de Kume y la primera parada fue en el monumento que en el parque Matsuyama rinde homenaje a los maestros Higaonna y Miyagi. Nos miramos de manera cómplice, tomamos consciencia de donde estábamos, y nos dejamos ir como niños imitando los dibujos grabados con técnicas del Bubishi. Ichigo – Ichie,
La expresión Ichigo – Ichie, (一期一会) proviene de la ceremonia del té (Sadô 茶道) y puede traducirse “un encuentro único en la vida” o “en este momento, una oportunidad”. El viaje a Japón que realizamos el pasado verano también fue Ichigo – Ichie, y dentro del mismo muchas fueron las ocasiones catalogábles dentro de este término. Es fácil para mi sacar ejemplos de esta experiencia, pero como veremos la vivencia del Ichigo – Ichie es cuestión de consciencia y de presencia en lo que hacemos, no de donde estemos o lo que hagamos. A menudo tenemos cerca lo que incesantemente buscamos lejos.
Esta reunión con sensei Luís justo al terminar nuestro examen de 6º dan fue sin duda un momento Ichigo-Ichie
Carlos en el Higaonna dojo. Otra gran ocasión.
Ichigo – Ichie incluye por ejemplo el encuentro con otra persona como algo que será único en la vida simplemente por el cambio de las circunstancias o porque no la volvamos a ver. Las circunstancias que se dieron en aquel momento no se podrán repetir, a veces, ni aproximadamente. Aquello que vivimos en el palacio del castillo de Shuri, ya es irrepetible tras el triste incendio que lo arrasó tres meses después.
Vemos que es importante “estar en el momento” o este pasará sin poder aprovecharse. Esto implica “darse cuenta”, ponernos a disposición del presente, dándole la máxima importancia pues es lo único real en ese instante de nuestra vida. Esta disposición no solo es racional sino que se incluyen además todas las sensaciones y emociones.
Entrenando en el Kaikan de Naha
El Keiko, o práctica del Karate-dô, como otras situaciones de la vida, deben ser experimentadas con este espíritu. Keiko (稽古) se traduce como “reflexionar sobre lo antiguo”, pero esto no significa quedar atrapado por el pasado, sino una reflexión en el presente hecha a partir de nuestra experiencia física y después mental, pues el Karate se aprende con el cuerpo y se entiende con la mente.
En la puerta del Kaikan
Tratar al invitado en el caso de la ceremonia del té, o a la práctica en el caso del Karate-dô, como si fuera la primera y la última oportunidad, da intensidad al momento.
Budokan de Naha
En el Budokan
Aprovecha cada oportunidad, no te abandones a la desidia.
Antonio Ávila
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