El próximo mes de Enero hará doce años desde que realizamos el primer Misogi de Año Nuevo.
Los dos primeros fueron especialmente duros porque se celebraron el 1 de Enero, tras haber dormido poco, y porque en ambas ocasiones nos acompañó un especial frío, viento, lluvia y un mar revuelto.
Muchos alumnos pasaban el fin de año fuera de Torremolinos y les era imposible asistir al misogi el día 1, por lo que decidimos realizarlo el día 2. Desde entonces la participación fue en aumento y hemos tenido la suerte, desde entonces, de disfrutar de amaneceres tranquilos y con el mar en calma.
Además de los alumnos de Goju-Ryu se nos han unido con frecuencia a este ritual alumnos y compañeros de otras escuelas e incluso de otros lugares. También de otras disciplinas como el Chikung, el Yoga, el Tai Chi… La verdad es que acogemos a todos los que quieran acompañarnos.
Como solemos hacer, también este año haremos un breve descripción de en que consiste este simbólico ritual.
El Misogi, proviene de la tradición shintoísta, y traducido de forma amplia como “purificación”, es un acto destinado a renovar nuestra voluntad de mejora corporal, técnica, mental y espiritual (Shin-Gi-Tai) en el nuevo año.
Para la ceremonia debemos llevar nuestro karategi y cinturón blanco. (Los no practicantes de Karate procurarán en lo posible ir de blanco para no desentonar), así como toalla y ropa seca (en el caso de que se piense entrar en el agua).
A las 8:00 nos reunimos en el oasis de la playa de los Alamos de Torremolinos (bajando desde la gasolinera de los Alamos, la playa que nos encontramos justo al frente). Tras los preceptivos saludos de Año Nuevo, procuramos mantener una actitud concentrada, quedando fotos y anécdotas para mas tarde.
A las 8:15 comenzaremos con una meditación en dirección este, hacia la salida del Sol, que tendrá lugar a las 8:30. (los karatecas en posición de seiza, el resto en la posición sentada que mejor les venga o en la que suelan hacer meditación). Es una ocasión para limpiar nuestra mente de pensamientos sobre asuntos pasados y tomar consciencia del momento presente.
Al salir el Sol, saludaremos y realizaremos una serie de 108 tsuki (golpes directos), liberando toda nuestra energía como agotando una batería para una nueva y fresca recarga. La ejecución de estos golpes no tiene ninguna exigencia técnica (vale simplemente lanzar los brazos hacia adelante) y solo es una manera simbólica de tomar consciencia del deseo de acabar con las malas pasiones que nos atenazan (108 según el Budismo) aunque podemos enfocarnos en las que queramos superar de manera personal.
Tras esta serie de golpes sin ningún temor, duda o comentarios, nos sumergiremos en el agua y allí realizaremos el kata Sanchin, haciéndonos sentir a través de su concentración y potente respiración la renovación de cuerpo, mente y espíritu. Otros estilos podrán realizar otro kata similar o simplemente algún ejercicio respiratorio potente al igual que los no practicantes. Estos últimos, si lo desean, pueden también simplemente sumergirse y salir. De nuevo sumergirse en el agua es una acto de purificación, de limpieza de aquello de lo que queramos desprendernos del pasado.
El entrar en el agua es optativo pero debe ser una decisión tomada de antemano. Si decidís entrar, lo haréis a toda costa. Sin decidís no hacerlo, sin perturbación ni culpa, realizaréis el kata en la orilla, o mantendréis una meditación de pie.
Finalizado el kata Sanchin en el mar, con la sensación de salir “limpio” del agua e iniciar un nuevo año, realizaremos el kata Tensho en la orilla como el primer acto consciente de nuestros nuevos propósitos. Quién no conozca o domine este kata, volverá a realizar Sanchin., o alguna de las practicas descritas (respiración, meditación…)
Tras un respetuoso, profundo, sincero y humilde saludo, daremos por concluido el ceremonial. Ahora será el momento de las fotos de recuerdo.
Nos pondremos ropa seca, apoyados por los compañeros y compañeras.
Después desayunaremos todos juntos.
El Misogi es un acto de voluntad que no depende de las condiciones atmosféricas, por lo que se celebrará aunque llueva, haga frío o el mar esté revuelto. Cada cual valorará en función de su fortaleza mental o de su salud si es aconsejable el realizarlo o de que manera. Es un acto personal, no en competición con el resto, por lo que cada uno decide como hacer su propio misogi.
La Vía Espiritual del Karate (Karate-dô) necesita que de vez en cuando hagamos de manera efectiva un gesto de compromiso con ella. Alinearse con las fuerzas de la Naturaleza y buscar en ella nuestro Ser original; una mente clara y libre de nuestro falso ego.
Es una oportunidad única de realizar Shugyo, el entrenamiento austero que nos saca de nuestras confortables costumbres y nos permite evolucionar. Es beneficioso para nuestra renovación, para “poner de nuevo las cosas en orden” y para reflexionar sobre nuestras intenciones y objetivos en el nuevo año.
Antonio Ávila
Fotos: Andrés - Misogi, 2022.
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