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lunes, 16 de enero de 2023

IN MEMORIAM Y HACIENDO MEMORIA. JESÚS ESPIGA

 


    
    Un antiguo compañero, amigo y alumno del Karate Club Málaga, ha querido compartir con nosotros sus experiencias y recuerdos con motivo del fallecimiento de nuestro primer profesor de Karate, Jesús Espiga.
    A continuación reproducimos su texto de manera íntegra.
    Muchas gracias Paco.

Antonio Ávila



IN MEMORIAM Y HACIENDO MEMORIA. JESUS ESPIGA

    Agradecer y felicitar a Antonio Ávila por su iniciativa ya muy prolongada durante años, en la confección de esta página web de la Asociación Malagueña de Goju-Ryu, que nos permite a los asiduos lectores de la misma estar al tanto de las noticias del karate Goju y aprender cada día con sus artículos y los de sus colaboradores.

    Con Antonio compartí hace ya mucho tiempo horas de entrenamiento y sudor en el tatami.

    Pero antes de nada me presentaré, soy Paco Páez. Solo se acordarán de mí los ¿viejos? ¿antiguos? ...mejor... los veteranos del Karate Club Málaga.

El reciente fallecimiento de Jesús Espiga Rodríguez me ha entristecido, porque se trata de la pérdida de nuestro primer maestro, pero al mismo tiempo me ha animado a escribir, como ya hice unos años atrás en la página web (ya no disponible en la red) www.jukan.es de otro querido compañero (Juan Carlos Vicente), una breve semblanza y recuerdo de Jesús y demás compañeros de aquellos, ya tan lejanos tiempos.

    Comenzaré, valga la redundancia, por mis propios comienzos.

    Empecé haciendo dos años de Judo (los dos últimos cursos escolares de la extinta E.G.B. en el colegio Salesiano de Málaga) y buscando un gimnasio donde seguir, me topé en Calle Beatas con un letrero luminoso cuadrado que a la puerta de los bajos de un local anunciaba "Judo-Karate". Tiempo después este cartel luminoso se cambió por otro vertical en forma de flecha apuntando a la puerta y que ponía "Karate". Pues bien, entré y pregunté y allí en una pequeña oficina un señor con karategui y bigote, su director y profesor Jesús Espiga (a la sazón cinturón negro 2º Dan y entrenador regional) me dice que ya no se dan clases de Judo pero que pruebe con el Karate. Y probé. Era febrero de 1978. Tenía 14 años. Como habéis adivinado hablo del ahora sí, mítico dojo Karate Club Málaga. Antes de estar situado en Calle Beatas, Espiga abrió un pequeño dojo durante poco tiempo en Calle Manrique muy cercano a un antiguo cine de verano, hoy campo de futbol de la Olímpica Victoriana. No sé si alguno de sus más antiguos alumnos que lea estas líneas se acordará aún de esto y entrenó allí.
Paco Páez en el KCM, 1979

    Allí conocí a personas de las que me precio seguir siendo amigo después de más de 40 años; al escribir estas letras tengo 58.

En los comienzos del Goju Ryu Torremolinos (1983). De pie de izquierda a derecha Antonio Millan, Lorenzo Marín, Antonio Ávila, Ricardo Cortés y Luís Lanceta. De rodillas lado derecho Paco Páez.

    La memoria me trae al bueno de Paco Villanueva quizá el más veterano de los alumnos de Espiga de los que recuerdo, pero también me vienen a la memoria otros veteranos del club como, Lorenzo Marín, Antonio Ávila, Diego Moreno, Ricardo Cortés (Richard), Antonio Millán, Rafa Conde, Joaquín Ramírez (hoy sigue su hijo Víctor), Alberto Burgos, Andreu,... eran algunos de los alumnos mayores; al menos llevaban en el Dojo desde 1973, que me corrijan ellos si leen estas letras. Entrenaban en la última hora (adultos). Ellos fueron mis referencias, los karatekas a los que imitar.

Paco Páez en sus comienzos

    Entre los “juveniles-adolescentes” de mi edad recuerdo a Julián, y a un chico de apellido Pilar (no recuerdo nombre) muy bueno técnicamente. En especial recordaré a Emilio Bueno, que entró siendo un niño y que años después sería mi uke en el examen de 1º Dan, infatigable estudioso del karate –y de las ¡matemáticas! - y que hace unos años escribió un pequeño manual sobre las bases del karate Goju – Ryu. A Jesús Cazorla (mi uke de 2º Dan y yo el suyo hasta 3º Dan) amigos entrañables. También recuerdo a los hermanos Lara, a ellas (María Luisa y Nati) hace mucho que no las veo, a Pepe Lara sí, ya que compartimos profesión y durante unos años hospital.

    Pero me llamó la atención un chaval que obtuvo recién su cinturón amarillo (los exámenes habían sido en diciembre del 77, yo entré en febrero-78), y que destacaba sobre manera de todos nosotros, que iniciaría una rápida ascensión de grados, creo que se saltó incluso algún cinturón porque su nivel era muy superior al resto y que en competición llegó a ser de los mejores del gimnasio (y campeón de España) de aquellos tiempos. Hablo de mi amigo y maestro Juan Carlos Vicente Rodríguez.

    Permitidme, alumnos de sensei Ávila, que os hable un poco de Juan Carlos. Es con el que más trato he tenido en estos años. La casualidad quiso que los dos estudiáramos en el mismo instituto (Colegio Salesiano en F.P.) y que un día el gimnasio de calle Beatas (¿os acordaréis compañeros de aquellos tiempos?) apareciera inundado por una fuga de agua del edificio.

    Por cierto, y haciendo un breve inciso, aquella inundación del sótano, obligó a una reforma del dojo, de manera que Jesús sustituyó el primer tatami amarillo de colchonetas, por un tatami de maderas flotante, aumentando al tiempo la superficie del mismo, y aprovechando el fondo del sótano, se fue haciendo un pequeño gimnasio con pesas, banco de abdominales, y más tarde un saco. Paradójicamente parece que vuelven los dojos con tatami blando ("tipo Judo") posiblemente al haber incorporado el Karate técnicas de proyección (nage waza) y de lucha en el suelo (inmovilizaciones, estrangulaciones, etc. o katame waza) derivados del Goshin, que se pide desde hace unos años en los exámenes de grado de la RFEK. Estas técnicas no se practicaban en mis comienzos.

    Jesús Espiga trasladó entonces las clases al más antiguo y pionero club de artes marciales de Málaga: el Toyama de Miguel Pérez Carrillo, profesor e iniciador del Judo en la provincia. Otro mito y otro hito -creo que poco conocido- de la historia de las artes marciales malagueñas. Y Juan Carlos en un amable gesto, se ofreció a llevarme en su moto, una mobylette roja, desde el barrio de Capuchinos a la salida del colegio, hasta calle Vendeja donde estaba el Toyama hoy desaparecido. Iniciamos de esa forma una amistad que nos ha acompañado siempre.
Miguél Pérez Carrillo en el gimnasio Toyama

    Fui testigo en Cádiz, a principios de los años 80, - fue Joaquín Ramírez quién nos llevó en su Peugeot- de cómo obtenía el 1º Dan, (hoy ya luce un cinturón blanco-rojo) con un formidable examen; aún recuerdo verle haciendo en la fase de Kumite, varios de sus temidos y efectivos barridos en giro (y de cómo volaban los adversarios). En mi vida me ha salido a mí uno igual. Sus técnicas de pierna son fabulosas. Muchas veces, debido a las frecuentes ausencias de Jesús Espiga era él o alguno de los otros “sempai” (Villanueva, Lorenzo, Antonio, Richard, ...) los que nos daban clases, a veces el cinturón mayor que estaba dando la clase era verde, o azul o como mucho marrón. Así de precarios, pero emocionantes e intensos fueron nuestros comienzos.
Juan Carlos Vicente en una excelente técnica de pierna

    Ahora tras el fallecimiento y con la perspectiva que dan los años, como bien decía Antonio Ávila en su recuerdo sobre Jesús, diré sobre nuestro ”polémico” maestro Jesús Espiga, que creo no supo ver la importancia de lo que él mismo estaba contribuyendo a hacer nacer. El origen del Karate en la provincia. Desde luego a él le debo (sinceramente le debemos) aquél primer “prueba a ver si te gusta” y creo que todos estamos en deuda con él; le debemos el inicio, el haber sido el pionero. Fue el inoculador primero de esta infección crónica que una vez contagiado ya no te abandona nunca. (incluso aunque no vayas al Dojo, como es mi caso en los últimos años). Pero el gusanillo está siempre ahí, es rara la semana que no entreno unas horas en mi patio, hago katas o kihon (¡lo que da la longitud del patio trasero de la cocina!) porque siempre te lo pide el cuerpo. El karate ya no te abandona nunca (lamentablemente es más fácil que tú lo abandones a él) y pasa a ser una forma de vida. Siguiendo con Espiga, lo recuerdo como un buen karateka, muy técnico, tenía un cuerpo delgado, fuerte y fibroso, lo que lo hacía muy hábil técnicamente. Sus yoko tobi geri eran fabulosos. Hacía un karate elegante y con estilo propio, impregnó con su especial manera los hábitos físicos de muchos de nosotros a la hora de la ejecución de las técnicas. Muchos intentábamos, en vano, imitar sus "maneras" y sus movimientos, su forma de poner la mano en un shuto uke, o bajar un poco más el neko ashi dachi...o hacer un kata como él. Era bueno tanto en kata como en kumite.

Jesús Espiga ejecutando yoko-tobi-geri


    Llegó a ser 3º dan y entrenador nacional. Sus clases a veces eran muy duras, estilo japonés; recuerdo un día que, al no salirnos bien una técnica, nos puso a hacer más de 300 abdominales del tirón y con el cinturón te arreaba si te parabas. Le agradeceré esa forma de entender el esfuerzo y acrecentar la voluntad que después te será imprescindible en otros ámbitos de la vida. Desde luego a mí me ha resultado muy útil a lo largo de la mía.

    Si no hubiera sido por su especial personalidad y dejar el club en manos de otros, faltar frecuentemente a las clases, no acompañarnos a las competiciones; recuerdo como los demás iban con su entrenador, Luis con los del Ocuma (grandes competidores), Aki con sus chicos del Kuro obi, etc. Nosotros a veces íbamos huérfanos. De haber seguido con su club, hubiera llegado a ser un maestro si cabe aún, más querido, admirado y respetado por todos nosotros, y desde luego un …8º Dan porque técnica sí que tenía. Sin embargo y desgraciadamente Espiga, años después dejó de impartir clases y se dedicó profesionalmente a otro ámbito. Pero siempre mantuvo contacto con algunos de sus alumnos y siempre que venía el sensei Yosuke Yamashita (fallecido en 2022) a Málaga, generalmente invitado por Lorenzo Marín, se acercaba al Polideportivo de Torremolinos para acompañarlo y saludarlo.

Y. Yamashita sensei y J. Espiga sensei. 1980
    En cualquier caso, siempre nos va a quedar su recuerdo. Apuntar que sus comienzos en Alemania fueron en Dusseldorf con el maestro Kiyoshi Ogawa de Goju- Ryu. Pero Jesús también entrenó al coincidir allí entre 1965 y 1968 (no sé exactamente) con ni más ni menos que Hirokazu Kanazawa (10º Dan), fallecido en diciembre del pasado 2019, del estilo shotokan de la JKA. Jesús tenía un álbum de fotos en su oficina, de aquellos tiempos de Alemania, donde aparecía Shihan Kanazawa. Esas fotos - que ya quedarán para la historia doméstica de nuestro Karate - y que estarán en algún lugar, ... valen un tesoro.
El maestro Kanazawa en Alemania. Foto: J. Espiga.

Jesús ha dejado una memoria, pero también un legado. En forma de alumnos brillantes. Lorenzo Marín ha llegado a lo más alto en el ámbito del karate deportivo como entrenador de la selección nacional española (en la élite del karate mundial) y tener entre sus discípulos a varios campeones internacionales. El primero de ellos Luis Lanceta al que conocí muy jovencito, era un chico alto, recio, fuerte y… un cacho de pan.

Qué decir de vuestro maestro, Antonio Ávila, posiblemente (o directamente) el más sabio de nosotros, pues lo conoce todo sobre este arte okinawense. Estudioso como ninguno y que siempre tuvo un nivel técnico altísimo. No he visto siko dachi tan fuerte, elegante y bien plantado. Gran persona a la que une su faceta de karateka humanista, no en vano es licenciado en Filosofía y Letras.  Antonio, supo encontrar una dirección algo distinta (Goju-Ryu de Higaonna frente a la de "Goju-Kai" de Gogen Yamaguchi, rama de la que era principal valedor en Europa Yosuke Yamashita sensei (10º Dan) en su Dojo, al cual acudimos más de una vez a entrenar. Estaba en la calle Echegaray de Madrid, hoy desaparecido. 

Y Antonio ha sabido seguir esta línea de forma robusta y firme siendo la mano derecha de Sensei Luis Nunes (8º Dan), su representante en España (IOGKF). Tiene numerosos alumnos, que creo son fundamentalmente, grandes amigos suyos.

Antonio Ávila junto al sensei Luís Nunes en el "Kaikan" de Naha. Okinawa. 2019.

A buen seguro que me olvido de mucha gente. Javier Brieva y su antiguo gimnasio Brieva. Una persona imprescindible en la Historia del karate malagueño. Gran amigo de Jesús al que acompañó en numerosos viajes, entre ellos a Tokyo a la sede de la Goju-Kai, donde conocieron en persona a G. Yamaguchi sensei. Profesores en el Brieva fueron Muraishi y el propio Antonio Ávila.  Creo que Javier Brieva, como periodista y ser el mejor informado de todos, testigo directo de todos los acontecimientos acaecidos en las artes marciales de este país, podría animarse a escribir una historia del Karate malagueño, ahora que la memoria aún nos llega, aunque desgraciadamente muchos pioneros y protagonistas de esta historia ya nos han dejado.  

Cuadro de profesores de Artes Marciales del Gimnasio Club Brieva. A la izquierda Javier Brieva.

Otros pioneros por aquellos años junto a Jesús Espiga son Emilio Jiménez que como anécdota puso una frutería en el lugar del gimnasio, cuando dejó el karate. Gustavo Reque un maestro serio y muy bien formado (licenciado universitario en educación física). Ambos de Shotokan.

Emilio Jiménez impartiendo una clase

De los compañeros de tatami y sudores de aquellos tiempos, no puedo olvidarme de Javi  Ramos c.n. 6º Dan, fue primero alumno de Akihiro, es un gran karateka y gran profesor de educación física, lleva toda la vida en el karate. Eduardo Florentino (este “argentinomalagueño” tan especial y veterano que ahí sigue al pie del cañón) de María José Vicente (hermana de J Carlos Vicente) y los más recientes José y Alejandro Molina, Emilio Ruiz (me regaló mi cinturón negro bordado y que lo ha pasado muy mal estos meses atrás-ánimo compañero), de Héctor, de  Juan Castillo, …y de un largo etc.

Pero precisamente en un artículo como éste "in memoriam", no me despediré sin mencionar a dos personas. 

Akihiro Mieno fundador del gimnasio Kuro Obi en Calle Federico Chueca, que sigue abierto en la actualidad con algún cambio de estilo. "Aki", al que recuerdo cordial, afable a la vez que duro karateka a la japonesa, fue el introductor del estilo Itosukai en España. Falleció en su país hace algunos años. También dejó un legado y una legión de discípulos reunidos en la "Itosukai España" y al frente de los cuales sigue Rafa Conejo.  

Akihiro Mieno sensei

A principios de 1980, llegó a Málaga un nuevo y joven maestro. Jesús Espiga lo trajo al KCM y comenzó a darnos clases. En mayo de ese año, el periódico SUR de la capital se hizo eco de este recién llegado campeón. Porque y ya lo habréis adivinado, me estoy refiriendo a Didier Kuchler, venía de una estancia en Estados Unidos y traía un gran bagaje. Era miembro de la selección nacional suiza y campeón internacional. Seguía una línea muy tradicional, la de Tsutomu Oshima (Shotokan Karate of America-SKA). Con él me examiné de marrón. Simple y llanamente descubrí en Didier el ejemplo a seguir, para mí fue el "caballero del karate" en aquellos tiempos. Un gran karateka, una gran persona. Pero que tristemente nos dejó demasiado pronto (si creyera, diría que Dios se lleva antes a los mejores). Estos maestros del karate y de la vida (Jesús, Didier, Aki y tantos otros) siempre se merecerán un lugar especial en nuestra memoria, en forma de un recuerdo profundo, entrañable y agradecido.  

Didier Kuchler como coach del equipo Goju Ryu. Motril, 1980

OSS



 Paco Páez
Doctor en Medicina
C. N 2º Dan


7 comentarios:

  1. Muchas gracias Paco, Ha sido un placer leer con mucha nostalgia estas líneas con tanto cariño y recuerdos. No sé si te acuerdas d mi, soy Félix Rubio, entre en KCM sobre el 76, ya Ávila, Marín, Juan Carlos, Richard etc...eran amarillo/naranja.Para mi fue mi primera experiencia Deportiva con grandes valores.Llegue a marrón justamente a finales de 1980 cuando ingresé en el ejército. Seguí practicando....con intermitencias en K.club Brieva, mi camino al final no tuvo éxito como militar y probé como empresario, lo cual corto los entrenos por los años 1983/84..... hasta que un buen día, del 2020 encontré a Sensei Ávila, me contó, me convenció y aquí estamos entrenando d nuevo a los 61 tacos...y hasta que D.Q. parece que fue ayer, solo han pasado 46 años de mi primer kimono. Ahora, muy Feliz de saber que aquellos compañeros que compartí entrenos y campeonatos, han llegado muy lejos y son grandes Maestros. Gracias a todos, hasta siempre querido Maestro Espiga D.E.P.

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  2. Gracias Paco, sobre todo por ser una gran persona y un gran médico, gran persona porque nos lo ha demostrado, con tu actitud, a los que seguimos en contacto contigo, y un gran médico porque tus compañeros de profesión, asi lo avalan. Por encima de cinturones, diplomas, trofeos, horas de tatami etc.. está, conseguir los valores que de verdad persigue nuestro arte marcial, y no es ni más ni menos que formar a grandes personas, y contigo queda demostrado que a través de la humildad, el esfuerzo y la disciplina, se ha conseguido un ser humano de calidad. Un fuerte abrazo, de tu amigo y compañero. Juan Carlos Vicente Rodríguez

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  3. Bonito detalle.👍
    Ahora que pienso seria bueno recordar, ya que estamos recordando la historia del Karate Club Málaga, cabe mencionar a las pocas mujeres karatecas de los inicios, donde les recuerdo a mis compañeros masculinos, que teniamos vetado el kumite femenino, no olvidemos mujeres como
    M. Carmen Bonilla, Blanca y Mari, Toñi Frias, nosotras, etc.... Somos de las primeras generaciones fememina de los setenta y todas ellas eran muy buenas y grandes personas.

    No olvidemos a las primeras mujeres que abrieron y abrimos el camino del karate femenino actual.
    Las Hermanas Lara.
    M.Luisa y Naty

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  4. Paez aún nos acordabamos de esas abdominales. Aunque mi hermano está como tú añorando esos años. Nosotras seguimos entrenando con Juan Carlos...y a nuestro lado Diego...Florentino...
    Gracias por estos recuerdos

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  5. ¡Maravilloso! Me ha encantado "leerte", ya que hace tiempo, bastante tiempo, que no tengo el placer de verte.
    Con qué sencillez y emotividad has escrito este texto. Cómo has removido mi cabeza con un montón de recuerdos...de buenos recuerdos.
    Gracias por tu iniciativa.
    Un besazo enorme.
    Javi Ramos.

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  6. Gracias a Paco Paez, por escribir este artículo y rendir homenaje a la figura de Jesús Espiga. Y con este artículo seguir haciendo homenaje al Karate, y la comunidad karateka de Málaga que hoy, años, decadas después brilla con fuerza a nivel Mundial. Oss

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  7. Gracias Paco Páez por esas cariñosas y bien documentadas palabras sobre mi gran amigo desaparecido Jesùs Espiga y varios de sus alumnos, de los cuales también me considero amigo.
    Ni que decir tiene que para mí fue una noticia muy triste la que el otro día me trasmitió mi buen amigo Antonio Avila, estando yo en Madrid, lugar en donde desde hace algún tiempo resido.
    Cuantos buenos y alegres recuerdos me vinieron a la mente. La verdad es que fué, además de maestro de karate, un personaje fuera de lo común.
    Un fuerte abrazo para todos vosotros.
    Javier Brieva

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