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miércoles, 14 de diciembre de 2016

MISOGI 2017


MISOGI DE AÑO NUEVO

LUNES 2 DE ENERO DE 2017, PLAYA DE LOS ALAMOS
(HORA 8:00 de la mañana)



La Vía espiritual del Karate (Karate-dô) necesita que de vez en cuando realicemos un gesto de compromiso con ella. Alinearse con las fuerzas de la Naturaleza y buscar en ella nuestro Ser original; una mente clara y libre de nuestro falso ego. Sin este tipo de experiencias la sola comprensión intelectual será inútil.

El MISOGI es una gran oportunidad, que aconsejo a todos los que podáis asistir, a cualquier practicante interesado de cualquier escuela. Todos sois bienvenidos.  Es una experiencia que nos hace pensar en nuestra renovación, en “poner de nuevo las cosas en orden” y en reflexionar sobre nuestras intenciones y objetivos para el año que comienza.

         El término Misogi, traducido de forma amplia como “purificación”, es un acto de voluntad destinado a renovar nuestros votos de alcanzar nuestra mejora corporal, mental y espiritual. Deshacernos de las ataduras mentales que crean en nosotros los deseos y las emociones incontroladas o negativas como el miedo, la ira, la pereza, la envidia, el orgullo, la ambición, el egoísmo…

         Desde hace algunos años, realizamos esta ceremonia de Misogi que consta de tres elementos:

·         La limpieza exterior simbolizada en nuestro karategi y obi (cinturón) blanco y en el acto de sumergirnos en el agua.
·         La limpieza interior a través de la respiración profunda en meditación y de la potente respiración de Sanchin kata.
·         La limpieza espiritual en la búsqueda meditativa de una mente renovada y limpia, en simbiosis con el ciclo del nacimiento del Sol, apartada de las malicias del Ego, desechando las pasiones que de él surgen, las 108 pasiones, expulsadas en el acto de realizar 108 tsuki.

Y se desarrolla de la siguiente manera:

Zazen. Misogí, 2016
A las 8:00 nos reuniremos en la playa de los Alamos (bajando desde la gasolinera de los Alamos, la playa que nos encontramos justo al frente). Tras los preceptivos saludos de Año Nuevo, procuraremos mantener una actitud concentrada. Fotos y anécdotas quedarán para más tarde.

Acudiremos con karategi y cinturón blanco.



A las 8:15 comenzaremos con una meditación en dirección este, hacia la salida del Sol, lo que ocurrirá a las 8:30.


En ese momento saludaremos y realizaremos una serie de 108 golpes (hyaku hachi tsuki), representando al espíritu de lucha de quién busca el Camino () y en relación a las 108 campanadas de Año Nuevo que se realizan en los templos budistas de Japón con el fin de eliminar simbólicamente los 108 bonno o malas pasiones que atenazan al hombre. En nuestra escuela de Goju Ryu, el kata mas elevado es Suparinpei, que significa 108, número que además de lo dicho, tiene un significado en relación a su obtención. A 108 se llega multiplicando el número 36 (Sanseru, otro de nuestros kata) o el 18 (kata Sepai).

Sanchin Kata. "Tres Batallas" (Cuerpo, Mente, Espíritu). Misogi, 2016
Tras esta serie de golpes que realizaremos de manera concentrada en su significado, sin ningún temor ni duda, nos sumergiremos en el agua y allí realizaremos el kata respiratorio Sanchin, con la intensidad suficiente como para hacer surgir nuestra energía interior (ki) hacia el exterior.

     El entrar en el agua es optativo pero debe ser una decisión tomada de antemano. Si decidís entrar debéis hacerlo a toda costa. Sin decidís no hacerlo, sin perturbación ni culpa, realizaréis el kata en la orilla.
Tensho kata. Misogi, 2016

Finalizado el kata Sanchin en el mar, realizaremos el kata Tensho en la orilla. Una vez mas buscaremos en nuestro interior el Ki vital, la llama interna que desde el hara (vientre) inundará nuestro ser.

     Finalmente un respetuoso, profundo, sincero y humilde saludo, dará por concluido el ceremonial. Ahora será el momento de las fotos de grupo.

Reconfortante desayuno en grupo tras el Misogi 2016


     Os esperamos a todos

Antonio Avila



Cena de Navidad de la AMGK


Un año más nuestra última celebración del año: la tradicional cena de Navidad.
Muchas gracias a todos por asistir y por un excelente año, porque en él hemos estado en infinidad de horas de práctica, hemos asistido y organizado cursos, hemos preparado exámenes de dan y kyu, hemos impartido y acudido a conferencias, hemos viajado a Murcia, Barcelona, Cazorla, Sierra Nevada y Sevilla (alguna a Okinawa), hemos organizado fiestas y barbacoas ( incluso indias y argentinas), hemos hecho senderismo por el Caminito del Rey, hemos bajado el Guadalquivir en rafting, hemos visitado hospitales, y en resumen hemos compartido penas y alegrías. Lo hemos hecho juntos y eso es lo importante.

Gracias a todos por colaborar en que todo esto sea posible y en conseguir tan excelente grupo.

El año que viene, MAS

lunes, 5 de diciembre de 2016

Bun-Bu o la Pluma y la Espada

Visita al Museo de la Prefectura de Okinawa, 2008

“Bun-Bu Ryo-dô, la doble Vía, ambas necesarias, como lo masculino y lo femenino, como las dos alas de un pájaro”.
Taisen Deshimaru

Zen y Artes Marciales

Cuando hablamos del Karate-dô unos dicen que lo entrenan, otros que lo practican y los menos, que lo estudian. Ya se que muchas veces es simplemente una forma de hablar, pero cada expresión indica el nivel de profundidad de nuestra práctica.

            Entrenar solo implica acudir al dôjô en las horas concertadas y “hacer” Karate en esos periodos desconectándose de él el resto del tiempo. El número de horas y sesiones puede incrementarse e incluso llegar a un gran nivel físico e incluso técnico, pero todo esto es efímero y tarde o temprano se irá disolviendo mas rápido aún que se adquirió.

            “Practicar” es un paso mas allá. Es llevar las enseñanzas del dôjô a la vida cotidiana. No solo las habilidades físicas en cuanto a movilidad, resistencia, fuerza, etc, o las habilidades técnicas, en nuestra forma de movernos, nuestra postura y en última instancia en la autodefensa, sino también los valores que se desprenden de su filosofía, como la humildad, el respeto, la cortesía…, valores que se han diluido en la sociedad actual bajo los lemas de la informalidad o la espontaneidad personal, superponiendo la individualidad (ego) sobre el comportamiento correcto y el respeto por los demás.
           
            “Estudiar” el Karate-dô incluye todo lo anteriormente dicho, pero además completa nuestra formación como personas librepensadoras.

            Este estudio tiene varios niveles:

            Como sistema de autodefensa desarrollado en Okinawa, el Karate-dô para su comprensión, desde nuestro punto de vista occidental, necesita del conocimiento de la historia y de la cultura de la isla, por lo que un primer nivel de estudio debería estar dedicado a conocer lo que practicamos, a nivel técnico tomando notas y asimilándolas a través del entrenamiento, leyendo escritos de maestros, etc, pero también adquiriendo conocimientos sobre otras escuelas y maestros, sobre la cultura okinawense incluida su lengua. Esto pronto nos llevará a interesarnos por China y Japón y multitud de aspectos de sus respectivas culturas. Para un practicante okinawense/japonés este primer nivel de estudio le supondrá mucho menos esfuerzo que a nosotros por razones obvias.

El maestro Chojun Miyagi (extremo derecho) con el maestro de Shodo Tadashi
 Yamashiro (extremo izquierdo) en la puerta del templo Gakokuji en los años 30.

           Pero no solo en el caso del Karate sino en toda la historia de la tradición marcial oriental, vemos muchos ejemplos de maestros que destacaron en las Artes, la Filosofía o la Ciencia, o que al menos poseían una gran cultura o se dedicaban a algún arte tradicional en concreto. El maestro Chojun Miyagi, hablaba a sus alumnos de todo tipo de temas: Medicina, Filosofía, Religión, Arte, etc. Sus amigos eran renombrados calígrafos, maestros budistas, científicos, escritores, etc. No se trata de estudiar una carrera, sino de nuestra formación cultural, de abrir nuestras mentes, de saber el porqué de las cosas, de apreciar el Arte, de saber donde estamos en el Mundo y que lugar ocupamos en la Naturaleza.

            Cualquier actividad practicada de manera seria pide de esta formación adicional. Desde tocar el piano hasta preparar un té necesita de conocimientos complementarios. El Karate-dô, como camino de perfeccionamiento, trata de todos los aspectos de nuestra personalidad por lo que la formación afecta no solo a nuestro cuerpo, sino también a nuestra mente y a nuestro carácter.

            Es triste comprobar que supuestos guías en el Karate-dô no sepan los orígenes de su escuela o donde está Okinawa, a veces ni leer o escribir correctamente (a pesar de sus títulos académicos). Nuestra cultura y nuestra educación, adquirida también a través del estudio del Karate-dô, evita que nos convirtamos en personas violentas, sin modales o desconsideradas con los demás.

            En la llamada “Paz Tokugawa” cuando la clase samurai se dedicaba principalmente a tareas alejadas de la guerra, se acuñó el lema Bun-Bu Ryo-Dô (文武両道), la “doble vía de la cultura y el arte marcial”, pues un samurai ocioso y sin educación podría convertirse en una persona violenta, de malos modos y dudosa moral. Es por ello que en esta época es cuando experimentan un gran desarrollo la practica de artes como la pintura, la caligrafía, la cerámica, la ceremonia del té, el arreglo floral, la poesía, etc.

Samurai ejerciendo como médico, hacia 1870

Este lema del Bun-Bu Ryo-Dô nos recuerda otro, esta vez del siglo XIX occidental, que rezaba: “La pluma es mas poderosa que la espada” dando a entender que en los “nuevos” tiempos que corrían un buen escrito era mas efectivo que una estocada, o trasponiendo los términos, que la cultura y la ciencia eran mas poderosos que la guerra. Y así debiera ser si no fuera porque la cultura brilla por su ausencia y la guerra la sabemos hacer todos. Desgraciadamente a nivel de nuestra práctica del Karate o de cualquier otro sistema, aún hoy sucede lo mismo, y se valora mas a quien nos hace conseguir efímeros triunfos, o embrutecernos mas, que a quién nos transmite valores y conocimientos que nos mejoren como personas.
            La combinación de los dos primeros kanji del lema antes citado, Bun-Bu (y,[1]) se ha utilizado en Japón, en el ámbito de los estamentos relacionados con las armas,  al menos desde el siglo VII, refiriéndose a que la persona debía formarse tanto en su educación como en los asuntos militares. Considerados como los dos aspectos necesarios para conseguir un alto nivel marcial y a la vez ser una persona respetable, es por lo que los hemos elegido como lema para el año que comienza.

Antonio Avila


[1]El primer kanji, significa literalmente carta o escrito y forma parte de otros conceptos como “artes y ciencia” (文事) y  representa el dominio de la educación general y los estudios culturales. El segundo kanji, significa militar. En este término武事o武芸significa asuntos militares o las artes marciales. La mejor traducción de Bun-Bu (文武) que significa literalmente “Cultura y Guerra”, podría ser “erudición y marcialidad”.