Páginas

viernes, 25 de septiembre de 2020

NAKASHIMA NU UFUISHI

 


             En el barrio de Izumisaki, junto a la terminal de autobuses de Naha, encontramos un conglomerado calizo a modo de una gran piedra, que testifica que la zona estuvo antes ocupada por el mar. De hecho formaba parte del distrito de Nakashima (仲 島 “isla de en medio”), establecido en 1672, y que ocupaba una pequeña isla que poco a poco se unió a tierra firme, quedando separada solo por un canal.

Isla Nakashima. Detalle de estampa de Hokusai (1832). Están representadas las grandes piedras.

               Las conocidas como “Piedras Grandes de Nakashima” (" 仲 島 大石 Nakashima nu ufuishi), de las que esta es un ejemplo, llamaron siempre la atención de los chinos que se asentaron en Kumemura, dándoles gran importancia desde el punto de vista del Feng Shui, considerándolas como las “perlas del Dragón”. Los descendientes de estas familias chinas han mantenido la veneración por esta roca y hoy en día está declarada como Bien Cultural de la Prefectura.




               Podemos ver que actualmente la roca está marcada por la simbología shintô, con la instalación de un pequeño santuario (祠 - hokora) y rodeada por una cuerda ritual (標縄 – shimenawa) que la identifica como una iwakura (磐 座) o roca donde se alberga un kami (神), por tanto tiene la categoría de sagrada.
Hokora
Shimenawa
           Como suele ocurrir en Okinawa, al mismo tiempo este enclave shintô no borra por entero las creencias autóctonas, ya que se mantienen presentes en los shîshâ (シーサー – perros-león) y en determinados elementos del altar.




Antonio Ávila

miércoles, 9 de septiembre de 2020

BODHIDHARMA Y LAS ARTES MARCIALES



Aún hoy, los ejercicios de chikung atribuidos a Bodhidharma son un trabajo específico del Kungfu Shaolín, pues sus beneficios para la salud también refuerzan las cualidades del luchador.

Pero de la misma forma que mencionábamos los posibles conocimientos de Bodhidharma sobre medicina ayurvédica, incluidos en los sistemas de combate como el Kalaripayattu, o sobre los puntos de presión tanto para sanar como para infringir daño del Marma Kala (o Varma Kalai), basándonos en la suposición de que en ellos fue formado como parte de su educación como príncipe, también es mera conjetura cual era su nivel de maestría en alguna de estas artes marciales.


Así mismo es muy difícil establecer una similitud razonable entre el arte marcial que pudiera practicar Bodhidharma en el siglo VI d. C. y la práctica actual del Kungfu Shaolín tras más de mil cuatrocientos años de influencias, aportaciones y variaciones. Incluso dentro del Kalaripayattu, que es el sistema de lucha más comúnmente asociado a Bodhidharma, a pesar de tener una tradición más lineal, habrán ocurrido cambios en tan prolongado espacio de tiempo. Quizás pudiéramos apuntar algunos aspectos comunes, al menos actualmente, como tener una práctica afiliada a una “religión” (al Hinduísmo en el caso del Kalaripayattu), movimientos inspirados en los animales, amplias posiciones o movimientos ágiles con el uso de saltos y acrobacias.
Kalaripayattu


Kung-fu Shaolín

Cuando se funda el templo Shaolín en el año 495 por el primer abad Buddhabhadra, se convierte en un centro de traducción de los sutras indios al chino, lo que atrajo a otros monjes procedentes de la India, que pudieron aportar conocimientos médicos y quizás marciales.

Por otra parte, existen referencias de que dos de los más importantes discípulos de Buddhabhadra, Hui Guang (慧光 / 487-536 dC) y Seng Chou (僧稠 / 480-560 dC) estaban bien formados en artes marciales, y muchos historiadores los han considerado como los verdaderos fundadores de las artes marciales del templo, por lo que quizás a la llegada de Bodhidharma hacia el 527 ya existían expertos luchadores en el templo, de hecho su discípulo Huike fue militar y al parecer nunca ocultó su interés por la práctica de las habilidades marciales.

Al margen de si hubo uno o varios verdaderos fundadores, sí hay indicios de que la práctica de sistemas de lucha en el monasterio Shaolín, estuvo siempre presente. Además del caso de Huiko, en una época de guerras intestinas, muchos excombatientes derrotados fueron perseguidos, y estos buscaron refugio en los templos incluso ordenándose monjes. Es muy probable que la inseguridad política y el aislamiento del monasterio Shaolín propiciara la utilización de las habilidades de estos guerreros.

También se dice que el quinto patriarca Huin Neng (大鑒惠能 - 638-716), no era partidario de las prácticas marciales del monasterio, lo que indica su importancia en la vida de los monjes.


Hasta que el nombre y la fama de Bodhidharma no se potenció asociada al monasterio Shaolín cuando este se consagro a su memoria (1125), no se citaba como iniciador del arte marcial shaolín (incluso hay quién lleva este fenómeno hasta el siglo XVII). El siglo XII contempló el inicio de un periodo de gran auge de los shaolin seng bing (monjes guerreros de Shaolín), que tuvo su apogeo en el siglo XVI, probándose que poseían su propio método de combate, como lo demuestra el libro del general Qī Jìguāng (戚繼光) el “Jì Xiào Xīn Shū” (紀效新書 - “Nuevo Tratado sobre Eficiencia Militar”) fechado entre el 1560 y 1580, donde se incluye una descripción del Shàolínquán (少林拳).

Esta tradición se mantiene hasta nuestros días, erigiendo estatuas que le representan como el maestro fundador, o convirtiendo su ubicación en lugares emblemáticos de entrenamiento.


 Los actuales monjes guerreros aúnan las tres tradiciones atribuidas a Bodhidharma (Kung-fu, Budismo Chan y Chikung) argumentando que el buscador espiritual no tiene porqué despreciar su propio cuerpo y su salud, y que se puede aspirar a luchar por una causa justa. Venciéndose a uno mismo es posible actuar sin agitación mental, sin perder la meditación interior, tanto en el combate como en la vida misma. Igualmente en tiempo de paz, la práctica no deja al practicante hundirse en la desidia. Así, finalmente el ejercicio físico es un medio para el cultivo espiritual. Bodhidharma decía en sus escritos que “trascender el movimiento y la quietud es la más alta meditación”.

Aunque las artes marciales no son esencialmente parte del Budismo, este influyó en darles un significado más profundo. Habría que estudiar si este maridaje se dio paralelamente en Japón, lo que propició las artes modernas del “Do”, al igual que sucede en el Shaolín actual.

 En relación al Karate de Okinawa, es innegable la influencia de las artes marciales de Shaolín, directa o indirectamente, pero en el contexto de los estilos que se practicaban en el siglo XIX, y que probablemente poco tenían que ver con las artes marciales del sur de la India del siglo V, con lo que pudo enseñar Bodhidharma, o con el Kung-fu que se practicaba en el monasterio Shaolín en el siglo VI.

AMGK

domingo, 6 de septiembre de 2020

VISITA AL SANTUARIO DE NAMINOUE, NAHA (OKINAWA)



Para finalizar esta serie de artículos en torno al santuario de Naminoue, haremos un recorrido para conocerlo y apreciar los diferentes componentes de un santuario shintô.

En el barrio de Wakasa en Naha, avanzando por Naminoue-dori nos encontramos con el ichi no torii (el primer torii-一の鳥居) que indica la entrada al área sagrada al santuario (jinja  神社) de Naminoue.



El torii ( ) es una puerta a lo espiritual. Al atravesarlo dejamos atrás el mundo profano y este gesto se convierte en una simbólica intención de purificar el alma, lo que reconoceremos con un pequeño saludo antes de entrar.

         Su simple estructura consistente en dos columnas verticales (hashira, ) que sostienen a dos travesaños (kasagi , el superior y nuki el inferior) es ya conocida en todo el mundo (incluso tiene su emoji en WhatsApp). Su curiosa resistencia a todo tipo de catástrofes, lo ha convertido también en un símbolo de resiliencia ante cualquier adversidad.
El santuario tras la guerra, en 1948
Tras pasar el ichi no torii comenzamos a recorrer el camino de acceso al santuario, el sandô ( ). En este caso dividido en un carril asfaltado para coches y otro empedrado.

Ambos accesos están flanqueados por linternas de piedra o de madera (tôrô - 灯籠), adquiridas para el santuario por individuos, familias o empresas cuyos nombres figuran en las mismas.


Lo santuarios shintô, cuando es posible, suelen estar rodeados de una zona boscosa, el chinju no mori (bosque divino - 鎮守の森), aquí está representado con pequeñas áreas de vegetación que envuelven al menos el lateral izquierdo del camino.


















Antes del ni no torii (二之鳥居), o segundo torii, encontramos una pequeña área de aparcamiento y un edificio multiusos.

         Al atravesar este segundo torii, la sensación de sacralidad aumenta, sobre todo si tenemos la suerte de poder visitar el santuario a solas. Cuando hay mucha gente (turistas) o hay una celebración especial como Año Nuevo, el ambiente cambia por completo. 




A la izquierda encontramos el chōzuya o temizuya (手水舎), el pequeño puesto donde realizar el temizu (手水) o ablución de manos y boca, ceremonia imprescindible como preparación al culto y que hace que el fiel se libere del mal y la contaminación, volviendo a ser puro.





Tomaremos agua con un cazo (hishaku -柄杓), de la pila de agua corriente o de alguna de las tres fuentes en forma de dragón que hay a la izquierda, y la verteremos sobre la mano izquierda, y luego sobre la derecha para purificarlas. Después recogiendo agua del cazo con la mano izquierda, enjuagaremos la boca. Volveremos a lavar la mano izquierda y para terminar elevaremos el hishaku para que el agua restante purifique el mango.


También en el lado izquierdo se erige una estatua del emperador Meiji con su uniforme militar al estilo prusiano, recordando la época de construcción del santuario shintô y de paso la “japonización” de Okinawa y el culto al emperador.




En el mismo lado un poco más adelante dos pequeños santuarios: El Ukushima Jinja dedicado a los kami del lugar (Ukishima es la antigua denominación de la zona de Naminoue), y el Yomochi Jinja, dedicado a Noguni Sokan, el introductor de la caña de azúcar y las patatas en Okinawa.


Frente al ni no torii se ubica el edificio principal del santuario, el haiden (拝殿), la sala de culto, flaqueada por los protectores komainu (perros-león 狛犬) que como no podría ser de otra forma aquí son los tradicionales shîshâ (シーサー) de Okinawa.


Este no es el único elemento que nos recuerda que estamos en el antiguo reino de Ryukyu, pues también lo hace el estilo arquitectónico con sus tejados de tejas anaranjadas rematados con otros sendos shisha, y los dragones dorados de influencia china, muy importantes en la religión autóctona y que se colocan, como en este caso, en las entradas para alejar a los malos espíritus.


Por lo demás mantiene los mismos elementos que cualquier otro santuario shintô, como el cartel con el nombre del santuario, o la cuerda shimenawa (標縄 – “cuerda enrollada”) con las características  tiras de papel en zig-zag o shide (紙垂). Esta cuerda de paja delimita un recinto sagrado y puro, y ya la pudimos ver sobre el ichi no torii


Frente al haiden podemos realizar un sencillo ritual. Arrojamos unas monedas en el cajón para donativos (saisen -賽銭), realizamos dos reverencias, seguidas de dos palmadas,  los creyentes pueden realizar ahora una pequeña plegaria, y se finaliza con una profunda reverencia. En otros santuarios hay una cuerda que hace sonar un gran cascabel (suzu,  ) a modo de llamada  a los kami después del donativo, pero aquí no existe.

         Al haiden solo se puede acceder para ceremonias más elaboradas (como una boda) y antes se debe recibir por parte de un sacerdote (shinshoku, 神職) un ritual para ahuyentar los a los malos espíritus consistente en pasar por encima de la cabeza el haraigushi 祓串, un palo con tiras de papel). Su interior presenta bellos contrastes de los colores bermellón y blanco.

Tras el haiden se encuentra otro edificio más inaccesible, el salón principal o honden (本殿), considerado como el espacio más sagrado, y donde se celebran las más importantes ceremonias, siendo el hogar de los kami del santuario.
         Curiosamente es el edificio del santuario más visible desde el mar. Construido en el antiguo estilo taisha-zukuri (  ) que imita a las casas japonesas, podemos ver en su tejado los elementos característicos como el katsuogi (鰹木 – fila decorativa de vigas cilíndricas) y el chigi (千木 - o vigas de madera cruzadas a ambos extremos del tejado). Que el remate de los chigi este cortado verticalmente (estilo sotosogi)  y que el número de katsuogi sea impar (siete en total), indican que la deidad principal del santuario es masculina.



A la derecha del haiden se ubica el shamusho (社務所), u oficina donde suelen estar los sacerdotes y las asistentes (miko -巫女), y donde se gestionan las ceremonias como bodas, oraciones por la familia o el negocio, protección contra espíritus malignos o los accidentes de tráfico, agradecer el nacimiento de un niño (Omiyamairi -お宮参り), etc.  



Boda en Naminoue
Rito de hakamagi (袴着) la primera hakama






También se atiende a los visitantes y tiene un puesto donde se venden diferentes amuletos como omamori (お守り), shinsatsu ( ) y mamorifuda ( ). También las tablillas ema (絵馬) para escribir oraciones o deseos, y los omikuji (お神籤) o tiras de papel donde se desvela nuestra fortuna. Si es buena nos quedaremos con el papel y si es mala la ataremos en el lugar preparado para ello.
Ema
Omikuji















Todos estos objetos no son meros recuerdos de nuestro paso por el santuario, sino que tienen un gran significado para los creyentes. En japonés se utiliza el verbo “recibir” (ukeru- 受ける) en ve de “comprar” (kau - 買う) cuando se adquieren estos objetos.

El Santuario Naminoue tiene fama de un gran poder espiritual, protector de la paz, la salud, la seguridad y la prosperidad, además de ayudar a encontrar pareja.

         Al margen de las ceremonias que se celebran durante todo el año, dos son los grandes acontecimientos. El Año Nuevo donde miles de personas acuden para orar por un buen año, y el Festival Nanmin ( ) a mediados de Mayo, en el que parte del santuario en procesión un palanquín  con un santuario portátil (mikoshi, 輿) y se celebran ritos religiosos en los que también participan noro (祝女), sacerdotisas de la religión original de Okinawa.

También  se  organizan multitud de actividades paralelas como demostraciones de Karate (空手), danzas tradicional eisâ (エイサー), shishimai (獅子舞) la danza del león, tsunahiki (綱挽), competiciones de tirar de soga y  de sumo de Okinawa (沖縄角力). Además se hace bukubuku-cha福々茶), un típico té espumoso de la isla.

Shishimai
Antonio Ávila

viernes, 4 de septiembre de 2020

EL SANTUARIO DE NAMINOUE: SU HISTORIA RECIENTE



En 1868 el nuevo gobierno Meiji, establece el sistema de ordenación del territorio por ken  (), antecedente de las actuales prefecturas, (Okinawa es prefectura en 1879) y el reino de Ryûkyû fue abolido unilateralmente.

         A pesar de la invasión de 1609 y el control encubierto que el clan Shimazu de Satsuma ejercía sobre este reino, seguía siendo  considerado como un país extranjero y como tal se volvió a ocupar. El entonces rey Sho Tai con su corte es exilado a Tokyo en 1972 siendo nombrado marqués, al nuevo estilo europeo.
Sho-Tai. Último rey de Ryûkyû
El siguiente paso para la unificación del territorio fue establecer una serie de programas dirigidos a “hacer japoneses” a los nuevos ciudadanos, que hasta entonces mantenían su propia cultura, lengua y religión.


        Políticamente, además del exilio del rey, se desalojó su residencia en Shuri y la capital de la nueva prefectura de Okinawa se trasladó a Naha.
         Para los interesados en la historia del Karate, este proceso es de gran importancia, porque supuso que las artes marciales de Shuri se empezaran a transmitir fuera del ámbito de la corte y del ejército, sobre todo tras la muerte en 1901 del exilado último rey de Ryûkyû.
         En cuanto al programa de asimilación religiosa, que es el que ahora nos interesa, se impuso la “Religión sintoísta Nacional” (Kokka Shintô - 国家神道) en la que el Emperador de Japón era un dios viviente digno de ser adorado, y llegado el caso, morir por él.
Meiji Tennô
        La religión nativa se prohibió y se persiguió a sus sacerdotisas (yuta y noro), se erigieron puertas sintoístas (toori -鳥居), por todo el territorio, incluso en pequeñas isla desiertas, marcando el territorio como posesión de los kami () japoneses.  Muchos de los lugares del culto tradicional de las islas o utaki ( ) fueron destruidos o sustituidos por santuarios shintô (jinja - 神社) al más puro estilo japonés, como fue el caso de Naminoue-gû, y se intentó la asimilación de deidades nativas al panteón shintôista.
         Estas prácticas se mantuvieron en el tiempo intensificándose en los años previos a la II Guerra Mundial. Posteriormente este proceso de “shintoización” se ha mantenido aunque de manera más suave, debido a que el pueblo de Okinawa a pesar de todo ha protegido sus creencias haciendo ofrendas en lugares sagrados, negándose a realizar en sus casas ritos shintô, y manteniendo sus sacerdotisas noro para los oficios y las yuta para todo tipo de consultas.

          En la actualidad se respetan los utaki aunque colocándoles algún elemento shintô como un torii. Se permiten las ofrendas con el tradicional incienso negro (senko) y la presencia de noro en los templos shintô que fueron anteriormente utaki, además de otras concesiones.

         Las autoridades permitén que una noro se pueda convertir en sacerdotisa shintô (kannushi -神主) o construir un jinja sobre su utaki pero al parecer estos casos nunca se han dado.

         Incluso algunas familias japonesas que se instalan en las islas de Okinawa, no tienen ningún problema en aceptar las antiguas creencias de Ryûkyû.
         En Okinawa no hay más de diez templos shintô reconocidos por la Asociación de Santuarios Shintô (Jinja-honchô - 神社本庁). Entre ellos este de Naminoue-gû en Naha.

           El santuario de Naminoue, ya estaba incluido entre los principales “Ocho Santuarios de Ryûkyû” (Ryûkyû hassha o Ryûkyû yasa-琉球 ) patrocinados por la familia real. Cada uno de ellos fue asociado a un templo budista (en el caso de Naminoue al Gokoku-ji), repartiéndose las competencias ceremoniales. Las relacionadas con la vida se ofician en el santuario shintô y las relacionadas con la muerte en el budista.
El antiguo templo Gokoku-ji
Cuando Ryûkyû se convirtió en prefectura en 1879,  los santuarios perdieron su financiación, entre otras cosas por la poca afluencia de fieles, pero el de Naminoue fue el único que se clasificó en 1890 como  Kanpei-Shosha ( 官幣小社 ) o santuario de tercera categoría dentro de las tres en que categorizan los santuarios apoyados y financiados por el gobierno en relación a su grado de asociación a la familia imperial. Se le designa como el “Santuario para la protección de la tranquilidad de toda Okinawa” (沖縄総鎮守社, Okinawa sōchinshu sha ).

      Como dato curioso, podemos decir que era en este santuario donde se hizo habitual que acudieran las mujeres durante la Guerra Sino-Japonesa (1894-5) y la Guerra Ruso-Japonesa (1904-5), para pedir a los dioses que sus hijos no fueran considerados aptos para el servicio militar en el Imperio Japonés.

        La relación del santuario con la casa imperial se remontó a Minamoto no Tametomo (源為朝 – 1139-1170), cuya familia fue fundada por el emperador Seiwa (清和天皇 – 850-880). La creencia es que este personaje huyendo de la rebelión Hôgen llegó a las islas, fundando el reino de Chûzan del que su hijo Shunten (舜天 , 1166–1237) sería el primer rey. Fue un intento de demostrar que la casa real de Ryûkyû era finalmente una rama de la casa imperial de Japón.

         En 1924, el gobierno imperial japonés declaró oficialmente a Naminoue centro de los asuntos religiosos en Okinawa. Desde entonces fueron objeto de veneración en el santuario los símbolos de Tametomo, Shunten y los reyes Sho En (尚円, 1470 – 1476, fundador de la segunda dinastía Sho), Sho Nei (尚寧, 1587 – 1620, quién sufrió la invasión Shimazu) y Sho Tai (尚泰, 1843-1901, quién fue último rey de Ryû-Kyû).

Naminoue-gu en 1925

El santuario fue remodelado en 1923 para adaptarlo mejor a los estilos arquitectónicos de un santuario sintoísta japonés. Fue destruido en el año 1945 durante la batalla de Okinawa, donde también se destruyó una famosa campana fundida en Corea en el 956, que fue nombrada como Tesoro Nacional en 1907.




Naminoue tras la guerra


La primera reconstrucción del honden (sala principal) y la oficina del santuario finalizó en 1953, y la del haiden (sala de culto) en 1961. La reconstrucción del resto de edificios y pequeños santuarios lo hizo en 1993.




Naminoue en 1963
Antonio Ávila




miércoles, 2 de septiembre de 2020

LAS ENSEÑANZAS DE BODHIDHARMA



La figura de Bodhidharma es creada a partir de escasas referencias históricas, correlaciones cronológicas y una gran cantidad de tradiciones, leyendas y textos elaborados mucho tiempo después de su muerte. 

Bodhidharma es mencionado en relación a tres, podíamos decir, disciplinas no siempre fácil de diferenciarse entre si: El Budismo Chan, las Artes Marciales y lo que hoy en día se denomina Chikung.

         Su más firme presencia en las tradiciones se basa en la genealogía del budismo Chan (Zen en Japón) que lo considera su primer patriarca.

Fotografía de 1920 de una imagen de Bhodhidharma en el templo Shaolín

Cuando llega Bodhidharma a Shaolín, el Budismo cuenta con 1000 años de historia, llegando a China a través de la Ruta de la Seda entre el 50 a. C. y el 50 d. C. En esa época adolecía de una pérdida de vitalidad, derivada de su jerarquía, de debates filosóficos sin fin y de maniobras políticas. También el Taoísmo y el Confucianismo con otros 1000 años de existencia estaban igualmente estancados. De hecho algunos investigadores sugieren que el Chan fue originalmente una fusión del Taoísmo y del Budismo Mahayana tradicional, en el que las técnicas meditativas complejas del Mahayana se encontraron con la simplicidad sin un sentido del Taoísmo, en un proceso que iba reactivando a ambas filosofías y que ya se había iniciado en China, siendo Bodhidharma quién supo cristalizarlo en una escuela concreta.

Para Bodhidharma era importante desmantelar la religiosidad y mostrar el verdadero significado de las enseñanzas del Buda. Como vimos en el episodio con el emperador Wudi (http://malagagojuryu.blogspot.com/2020/08/bodhidharma-en-china-el-encuentro-con.html), consideraba que lo importante no eran los signos externos como copiar escrituras, dar limosnas, o actuar con un propósito de mejora del karma, sino transformar la mente a través de la meditación y la práctica cotidiana. El desvelamiento de la propia naturaleza se presentaba como la única vía de iluminación, comprendiendo que la realidad depende de uno mismo. (Chan: es una adaptación china de la palabra sanscrita Dhyāna , traducida pobremente como “meditación”). 


Bodhidharma se apartaba de las escrituras, buscando una transmisión a través de la propia experiencia, por lo que todavía se discute todavía si dejó escritos o si su enseñanza era meramente intuitiva y carente de explicaciones.

No obstante la tradición Chan (y Zen) le atribuye tratados redactados generalmente por seguidores muy posteriores a su época. El más antiguo quizás sea el “Tratado sobre las dos entradas y las cuatro puertas”, que se suele fechar en el 645, al menos cien años después de la muerte de Bodhidharma.

La escuela Chan realmente aparece estructurada a finales del siglo VII con el sexto patriarca, Hui-Neng, empezando a extenderse por ser un budismo práctico, espontáneo y directo, que prometía la posibilidad de la Iluminación en la vida presente, al margen de largos estudios y sesudos debates.

Cuando se consagró el templo Shaolín a la memoria de Bodhidharma construyendo un santuario en el año 1125, la escuela Chan había ganando mucha popularidad, siendo la más influyente del periodo Song (宋朝,  960-1279), colocando así a su fundador en un lugar de preeminencia en el mundo budista. Este hecho generó un movimiento de peregrinaje al monasterio, y especialmente a la cueva donde habría permanecido nueve años meditando.

Foto de la Cueva de Bodhidharmaa principios del siglo XX
Un segundo ámbito en el que se apunta a Bodhidharma como al menos uno de sus iniciadores en Shaolín, es en el que hoy llamamos Chikung (氣功) Estas prácticas para el dominio del uso de las energías que interactúan en el cuerpo, con el fin de mantener o fortalecer la salud, ya existían con anterioridad a la dinastía Shang (1766-1154 a. C.), aunque pocos son los documentos escritos antes de mediados del s. I a. C. Estas técnicas eran utilizadas por los eruditos budistas y confucianos, para preservar su salud, y como tratamientos médicos.

En aquella época (s. VI d. C.), en China los monjes consideraban al cuerpo físico como un vehículo temporal, y se descuidaba su atención en relación al ejercicio y la alimentación, en favor de un mayor trabajo espiritual.

Bodhidharma, siguiendo el punto de vista opuesto de los monjes indios, y quizás también bajo una perspectiva taoísta, decidió mejorar la salud de los monjes del monasterio para permitir una mejor práctica espiritual. Pienso que también consciente de los estragos que debió sufrir en su salud tras el prolongado tiempo que permaneció en la cueva. Desconocemos cual era la formación de Bodhidharma en este tema, al margen de suponer la posibilidad de que adquirió conocimientos en su juventud como príncipe de medicina ayurvédica, o del arte marcial y de curación llamado Marma Kala, o posteriormente a través de sus viajes y propia experiencia meditativa.

         En este tema se le atribuyen dos practicas, recogidas unos mil años después en dos tratados: El Yi jing jin (易筋经 –“Tratado del Cambio Músculo/Tendón”, Ekkinkyo en japonés), encaminado a fortalecer el sistema musculo-esquelético y articular y regular el Qi ( – Ki en japonés) y el Xi shui jing (洗髓经- “Tratado del Lavado Médula/Cerebro” Senzuikyo en japonés), que mejoraba el sistema inmunitario y  vigorizaba el cerebro, lo que facilitaba la consecución de la budeidad.

Estas prácticas no ha perdurado en la tradición Chan china ni en el Zen japonés, aunque se mantengan en el templo Shaolín muy relacionadas con la práctica de las artes marciales, tema del que hablaremos en un próximo artículo.

AMGK