El
pasado sábado disfrutamos de una nueva experiencia enfocada en la
respiración.
Es
sabida la importancia de los Kata respiratorios dentro de
nuestra escuela Goju-ryu, por ello nos planteamos tener una
experiencia de su práctica en condiciones adversas derivadas de la
altitud, y por tanto de una menor presión de oxígeno.
El
objetivo de la actividad era la experiencia personal, y estaba
abierta a todos los niveles y edades, por lo que no pretendimos que
la adversidad de la que hablábamos fuese extrema, sin embargo para
aquellos que vivimos al borde del mar, estuvo bastante presente.
Elegimos
un paraje de Sierra Nevada donde, a la falda del pico Veleta, se
ubica el monumento dedicado a la Virgen de las Nieves, a 2610 metros
de altura.
En
Medicina de Montaña se considera que a partir de los 1500 metros
suele aparecer la necesidad de reajuste fisiológico, y según la
capacidad y estado físico de cada persona pueden aparecer debilidad,
nauseas, respiración agitada, aumento de pulsaciones, tensión
muscular, mareos, etc. Síntomas estos que se pueden agravar con el
ejercicio físico si no se tiene la capacidad de superarlos.
Sin
ser grandes obstáculos, había que tener en cuenta algunos factores
como el citado lugar de residencia a nivel del mar de los
participantes, la rápida ascensión en coche hasta la cota de 2500
metros y la corta marcha de un kilómetro hasta el lugar de
entrenamiento salvando los 110 metros restantes de desnivel. Parte de
la experiencia era tomar consciencia de los cambios que cada uno de
estos factores nos provocaban y si eramos capaces de adaptarnos.
Finalmente
en el lugar de práctica realizamos algunos ejercicios de respiración
consciente previos a la ejecución de los kata.
Con
el pico Veleta al fondo, explicamos algunas características de la
respiración de cada kata, y
se hicieron varias repeticiones de cada una de ellas, llamando la
atención en cada ocasión de algún aspecto concreto de la
respiración y comentando las sensaciones que se iban experimentando.
Para
terminar, llevamos nuestra atención a la coordinación del trabajo
respiratorio con la tensión muscular, sometiéndonos al shime.
Después,
foto de grupo y descenso con una nueva experiencia acumulada, con
nuevas preguntas y con la curiosidad de saber que sentiremos ahora al
volver a practicar Sanchin
y Tensho junto al mar.
Antonio Avila
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