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jueves, 24 de diciembre de 2020

NANA KOROBI YA OKI

 


Esta foto del palacio del Castillo de Shuri (Naha, Okinawa), fue tomada unos meses antes de que fuese tristemente devastado por un incendio a finales del 2019. Estas construcciones desde sus orígenes allá por el siglo XIV, fueron destruidas muchas veces, incluida la batalla de Okinawa. Sin embargo en pocos años volverá de nuevo a su antiguo esplendor gracias a la perseverancia del pueblo de Okinawa.

    Desde el mes de marzo de este año que finaliza, las circunstancias derivadas de las medidas contra la propagación del coronavirus, han puesto diversos obstáculos a la continuidad de nuestra práctica. Sin embargo nuestro espíritu y nuestro vínculo se han mantenido fuertes.

    Al principio en la distancia, cada uno practicando en su casa, compartiendo vídeos, fotos y textos por las redes sociales y acudiendo a sesiones on-line


















En verano nos trasladamos al campo, y mas tarde pudimos regresar al dôjô, divididos, limitados y con horarios cambiantes. Pero aún así, hemos terminado el año sin bajas e incluso con nuevas incorporaciones. 




A nivel personal habéis demostrado vuestra constancia en el camino del Karate, y que este itinerario es ya importante en vuestras vidas. También ha sido notable la colaboración de los senpai en el mantenimiento de las clases y la comprensión de todos ante los cambios que se nos iban imponiendo.

             Un lema japonés reza: “Caerse siete veces, levantarse ocho” (nana korobi ya oki 七転び八起き). Es decir, no solo hemos superar las dificultades, sino incluso hacer un poco más.



En Japón con motivo del Año Nuevo, existe la costumbre de adquirir el llamado Daruma Koboshi (達磨 小法師), el popular tentetieso de papel maché que representa la imagen de Daruma (Bodhidharma) y que alude al ideal de perseverancia y determinación al mantener siempre su posición original. En algunas ocasiones se pinta en él el citado lema, potenciando aún mas la decisión de mantener una actitud positiva ante la adversidad o los obstáculos que se nos presenten.

             Los Daruma Koboshi también son utilizados para comprometernos en el nuevo año con un propósito, que aunque alcanzable no esté exento de esfuerzo y perseverancia. Para ello se pinta uno de sus ojos, y su presencia nos recordará nuestro compromiso. Conseguido nuestro objetivo se le pinta el otro ojo.

Os deseo a todos, alumnos, compañeros, amigos y conocidos, que este nuevo año podamos mantener este espíritu perseverante y positivo que nos permita levantarnos las veces necesarias y nos lleve a cumplir nuestras metas.

Ganbatte!!

Cena de Navidad 2019


Antonio Ávila










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