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sábado, 3 de diciembre de 2022

"EL CLAVO QUE SOBRESALE ES GOLPEADO"

 


    Deru kui wa utareru 出る杭は打たれる es un kotowaza () o proverbio japonés. Se traduce como: “El clavo que sobresale es golpeado”.

    La enseñanza que encierra este proverbio suele relacionarse con la envidia, con la actitud negativa de aquellos que por complejos de inferioridad o por la intención de zancadillear a otros que podrían superarlos, actúan a modo de martillo para hundirlos. Algo por desgracia bastante común en nuestra sociedad, y que la Psicología denomina como “Síndrome de Procusto”.

    En Japón, la supremacía de lo colectivo sobre lo individual, también nos hace pensar que en ese contexto, el proverbio se refiera a la presión social que sufre el individuo que destaca. Se considera que el clavo que sobresale no está cumpliendo bien su tarea y esto va en detrimento de los demás.


    Sin embargo, la primera vez que me encontré con este proverbio fue ya hace muchos años, leyendo el libro de Clive William Nicol “Zen en movimiento”.[1] En esta obra, Nicol describe su experiencia del aprendizaje del Karate a principios de los años 60, en la sede de la Asociación de Karate de Japón (JKA) en Tokyo. Allí[2] cuenta como en cierta ocasión, presenció una clase especial en la que se estaba sometiendo a uno de sus senpai a un severo entrenamiento, con vistas a prepararlo para su examen de tercer dan y su título de instructor. El senpai en cuestión fue llevado hasta la extenuación, haciéndole saber que “su espíritu, y no su cuerpo, es el que hace las reglas”.

A continuación Nicol explica:

“Los japoneses tienen un adagio: “¡Cuando un clavo sobresale, húndelo!” Cuando un estudiante es bueno, y está superando a sus condiscípulos, su orgullo debe ser destruido, debe ser alejado sin misericordia para que su espíritu y su talento no lo conduzcan al engreimiento. El karateka debe dar lo máximo de sí mismo para que una vez, y otra y otra, sienta el desamparo de un infante. La humildad es una característica esencial del auténtico guerrero. Sin humildad no tiene cabida en la sociedad; es un bruto peligroso y repugnante. En la derrota aprende que aún puede continuar, y esto le enseña “espíritu”, y a tener respeto hacia otros”.




    Más adelante[3] cuenta, como tras su propio examen de cinturón negro, fue enfrentado a todos sus senpai siendo derrotado por todos ellos, y como el maestro Kase impartió una primera lección a todos los que aprobaron el paso a cinturón negro. La clase estuvo dedicada no a un nuevo kata o al menos un kata superior, sino al kata más básico: Heian Shodan, siendo corregidos todos los orgullosos nuevos cinturones negros en multitud de detalles. Nicol nos dice: “El clavo estaba siendo hundido”.

    El sensei cuidará de que nuestro ego se mantenga controlado, pero también es responsabilidad nuestra. El clavo que sobresale demasiado agarra la tabla de manera frágil y no cumple su función, solo se exhibe. Seamos humildes con nuestros logros y conocimientos, mantengamos el espíritu abierto del principiante y ayudemos a los demás en su camino.
Antonio Ávila

Notas

[1] C.W. Nicol: “Zen en movimiento. El Karate como un camino a la nobleza” Ed. Diana, Mexico, 1979.
[2] Op. Cit. Pag. 134
[3] Op. Cit. Pags. 171-172










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