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lunes, 27 de junio de 2016

JIGORO KANÔ Y EL CAMINO DE LA MANO VACÍA

El pasado viernes en el “Espacio Cinco Anillos” de Málaga, tuvo lugar la conferencia titulada “Jigoro Kanô y el Camino de la Mano Vacía”.




Espacio Cinco Anillos, Málaga


 Para quién conoce o practica las disciplinas de Karate o Judô este título le habrá llamado la atención ya que no es muy conocida la influencia que el fundador del Judô tuvo en el desarrollo del Karate, tanto en Japón como en Okinawa.

Tras una sucinta introducción sobre los antecedentes históricos del Karate okinawense hasta la Restauración Meiji, comenzamos a hablar de la biografía de Jigoro Kanô como personaje formado en ese periodo histórico, a caballo entre lo japonés y lo occidental, entre el pasado y el futuro de Japón. Sus estudios e influencias, sus proyectos, su relación con el deporte y el Movimiento Olímpico, y sobre todo con la Educación.

Jigoro Kanô



En 1882 Kanô sensei funda el Judô Kôdokan, no como un nuevo arte marcial, sino como un método de educación integral de mejoramiento del hombre y la sociedad, bajo los principios de Seiryoku Zenryu o lograr la máxima eficacia con el mínimo esfuerzo, de Jita Kyoei o Prosperidad Mutua, y de Jiko No Kansei o la búsqueda de la perfección como persona. Así el objetivo último del Judô Kôdokan es para Kanô sensei el mejoramiento de la sociedad a través del individuo. 

La influencia del Kanô sensei sobre el Karate se constata primero en la relación personal que mantuvo con algunos de los maestros okinawenses de la época como Gichin Funakoshi, Kenwa Mabuni, Chojun Miyagi, Chutoku Kyan ó Choki Motobu. A todos los animó a difundir su arte y a algunos los promocionó fuera de Okinawa. En segundo lugar su Judô Kôdokan, fue pionero e inspiración de toda una serie de mejoras y cambios en la forma y en el contenido de la enseñanza del Karate y de las artes marciales en general. Podemos citar la búsqueda y creación de formas de realizar el combate libre que desembocaría en la competición, la utilización de un keikogi específico, el establecimiento del sistema de grados Kyu/Dan y del uso de cintos de color, lo que conllevaba la estructuración de las técnicas por niveles, el estudio científico del movimiento, la apertura de los conocimientos, la libre practica a mujeres, niños y extranjeros, la introducción en el sistema educativo, el concepto de dôjô abierto y su administración (inscripciones, reglas, cuotas…), la estructura de las clases, etc.



Cuando Jigoro Kanô sensei visita Okinawa en Enero de 1927 ya pudo comprobar a través de Miyagi sensei y otros maestros, que el Karate de la época disponía de una amplia panoplia de técnicas de proyección y luxación, aportadas históricamente por múltiples sistemas de lucha autóctonos, japoneses y chinos principalmente. Por otro lado estas técnicas, tal y como nos han llegado, no tienen las características de las usadas en Judô.


En sentido contrario se ha dicho que Funakoshi sensei colaboró con Kanô sensei en la elaboración del kata de Judô denominado Kime no Kataya que contenía técnicas de golpeo. Pero este kata fue elaborado con anterioridad a la relación Funakoshi-Kanô y ademas la tradición del Jiujitsu a la que pertenecía el Judô disponía de suficientes técnicas de golpeo como para ser el referente de este kata.

El Judô también debió influir en el Karate, quizás mas en la forma que en el contenido, través de maestros de segunda generación. En el caso concreto del Goju-Ryu alumnos de Miyagi sensei como Jinan Shinzato sensei y Eichi Miyazato sensei fueron grandes expertos en Judô, pues este llegó a Okinawa en los años 20 a través del sistema educativo.



Finalizamos la conferencia enumerando algunos hitos del amplio legado del maestro Kanô, dentro de su Judô Kôdokan, como la introducción de conocimientos de reanimación (Kuatsu), la sección de investigación médica, la primera revista de Judô, las asociaciones de Cinturones Negros y Cultural del Kôdokan, el Instituto de Investigación, etc.

El maestro Jigoro Kanô tras asistir a una sesión del Comité Olimpico Internacional en El Cairo, viaja a América y de allí hacia Japón. En este último trayecto fallece el 4 de Mayo de 1938. Sus restos mortales, cubiertos con la bandera olímpica, son desembarcados con todos los honores en el puerto de Yokohama. El barco en que llegaron, el Hikawa Maru, hoy convertido en museo, está dedicado en parte a su memoria.
Se dice que Funakoshi sensei solía saludar con respeto en dirección al Kôdokan como señal de agradecimiento. Así mismo, en alguna ocasión, todos los karatekas deberíamos hacerlo en señal de reconocimiento a la labor de tan gran hombre.








Para terminar quisiera expresar mi agradecimiento a los asistentes y a Juan Carlos Aguilar, excelente aikidoka y director del Espacio Cinco Anillos.

Antonio Avila
















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