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viernes, 21 de agosto de 2020

“OCHO VISTAS DE RYÛKYÛ”


Hace algunas semanas tuve el placer de asistir a una conferencia online impartida por el profesor David Almazán de la Universidad de Zaragoza, organizada por la Fundación Japón. (https://www.youtube.com/watch?v=hRhx2uMKkRI).
Al profesor Almazán ya tuve la suerte de escucharle hace un par de años con motivo de una exposición sobre la estampa japonesa que se celebró en el Museo del Grabado Español Contemporáneo de Marbella. (http://malagagojuryu.blogspot.com/2018/09/estampa-japonesa-imagenes-del-mundo.html).
            La conferencia online versaba sobre las "Treinta y seis vistas del monte Fuji"富嶽三十六景Fugaku Sanjūrokkei), la serie de grabados de Katsushika Hokusai (葛飾 北斎 1760-1849) publicadas entre 1830 y 1833, conocida entre otras cosas porque incluye las famosísimas estampas de la “Gran Ola de Kanagawa” o la del  “Viento del Sur en el claro amanecer”.
Una impresión moderna de “Gaifu Kaisei” “Viento del Sur en el claro amanecer”.
Lo cierto es que a medida que transcurría la exposición muchos de los datos de la época concreta me eran familiares y en seguida caí en la cuenta de haber leído y visto otra serie de Hokusai, menos conocida, pero muy atrayente para los interesados en la historia de Okinawa y de su antiguo reino de Ryûkyû. Me refiero a las “Ocho vistas de Ryûkyû” (琉球 八景, Ryûkyû hakkei). Pensé que podía ser interesante hablar de ellas como excusa para dar a conocer algunos hechos y lugares históricos, en la época de personajes tan importantes en la historia de la formación del Karate como Sokon Matsumura.[1]
            Las “Ocho vistas de Ryûkyû”, fueron editadas en 1832 con motivo de la visita a Edo de la embajada del clan Shimazu, y cuando Hokusai estaba implicado en la producción de las "Treinta y seis vistas del monte Fuji" que se empezaron a editar un año antes, siendo estos años considerados como un periodo álgido en su creación artística.
             En el año 1609, el clan Shimazu de Satsuma se había anexionado el reino de Ryûkyû, hasta ese momento independiente aunque con una relación de vasallaje con la dinastía china de los Ming, que le permitía comerciar con todos los estados tributarios de China. Los de Satsuma sin embargo implantaron una especie de gobierno en la sombra controlando así esta relación comercial en una época en la que desde 1639 se decretó en Japón el cierre del país (sakoku 鎖国), y solo se podía comerciar a través de dos puertos con Corea y con los Países Bajos.
    Pues bien, tras la conquista del reino de Ryûkyû, el rey Shô Nei (尚寧), junto a consejeros y funcionarios, fueron llevados a Kagoshima (Kyushu), y más tarde a Edo ante el shogun Tokugawa Hidetada (徳川 秀忠), considerándose esta la primera misión de tributo de los súbditos de Ryûkyû. Desde entonces hubo una representación del reino en las embajadas que Satsuma enviaba de manera regular  para rendir pleitesía al shogun y cumplir con el sistema del sankin kôtai (参勤交代"servicio alternado"), que obligaba a los daimyo a residir de forma periódica en Edo. Aunque también tenían la misión de felicitar a un nuevo shogun o ratificar el ascenso de un nuevo rey de Ryûkyû.

    En la de 1832, gobernando  en Japón el shogun Tokugawa Ienari (徳川 家斉), el rey Shô Iku (尚育) de Ryûkyû, envía un séquito que encabezaba el príncipe Tomigususuku, como se puede ver en el pergamino de procesión que se conserva en el Museo Nacional de Kyushu en Dazaifu, el cual inmortalizó este acontecimiento.

Detalle del documento del Museo Nal. de Kyushu.
La llegada de las embajadas a la capital constituía un gran evento pues su numeroso cortejo formaba grandes procesiones. En la del clan Shimazu para subrayar que eran los únicos en poseer la fidelidad de un reino extranjero, se enfatizaba a los exóticos súbditos de Ryûkyû con sus vistosos trajes, sus estandartes, sus artes y su lengua, despertando un gran interés entre los edokko (江戸っ子 habitantes o nacidos en Edo), animándoles a conocer más de este remoto reino o de tener un recuerdo del acontecimiento.

                Los editores respondían a esta demanda con libros ilustrados y estampas sueltas que describían los paisajes de Ryûkyû. En este contexto es en el que se crean las “Ocho vistas de Ryûkyû”, diseñadas por Hokusai y editadas por Moriya Jihei.
“Ocho vistas de Ryûkyû”. En el Museo de Arte de Urasoe (Okinawa) puede contemplarse la serie completa. También posee pruebas de impresión.
    Sin embargo Hokusai nunca visitó las islas de Ryûkyû, y como en otros muchos ejemplos de su dilatada obra se inspiró en la obra de otros autores. En el caso de las “Ocho vistas de Ryûkyû”, utilizó una obra china; el Liúqiú-guó zhìlüè (琉球 , Ryūkyū-koku shiryaku, traducido como  “Breve Historia del Reino de Ryûkyû”). Escrito por Zhou Huang, embajador adjunto de la misión china a Ryûkyû de 1757, además de recopilar hechos históricos basados en informes de anteriores misiones, incluía usos y costumbres y una serie de imágenes de lugares famosos. Hokusai utilizaría este texto reimpreso en 1831.
            Las imágenes originales estaban en blanco y negro, y Hokusai aunque respetó en líneas generales la composición original, les da color y recrea el exótico ambiente imaginado por él, cambiando estilos arquitectónicos o incluyendo elementos como embarcaciones, diminutos personajes e incluso nieve.
            Algunas de las características de la obra de Hokusai, como mostrar la vida cotidiana de los personajes que aparecen en sus paisajes, y presentarlos desde un punto de vista relativamente bajo haciéndolos cercanos, cambia a una perspectiva alta y lejana, quizás para dar una sensación al espectador de que contempla el paisaje de un país desconocido y remoto, compuesto de pequeñas islas enmarcadas entre el cielo, el mar y la bruma.
            (continuará)
Antonio Avila
Bibliografía sobre Hokusai:
ALMAZÁN, DAVID: “Katsushika Hokusai. 36 Vistas del Monte Fuji”. Sans Soleil Ediciones, Vitoria-Gasteiz, 2019.
MOURELO, SUSO: “El Japón de Hokusai”. Ed. Quaterni, Madrid, 2019.
THOMPSON, SARAH E.: “Hokusai´s Landscapes”. MFA Publications. Museum of Fine Arts. Boston, 2019.


[1] Sokon Matsumura fue un importante personaje en el desarrollo de las artes marciales de Ryûkyû, siendo alumnos suyos muchos de los más importantes maestros del Shuri-Te. Sirvió como guardia real y embajador bajo los reyes Sho Ko, Sho Iku y Sho Tai.

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