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jueves, 1 de octubre de 2020

RESPONSABLES DE NUESTRO ENTRENAMIENTO

 


Okinawa, Naha. Un joven practicante de Karate ha llegado temprano al jardín de una humilde casa del barrio de Tsuboya. Barre el suelo eliminando las pequeñas piedrecitas que luego se suelen clavar en los pies. Lo humedece un poco y luego coloca los utensilios de entrenamiento. Otros compañeros van llegando. Uno trae una larga tabla para sustituir a uno de los makiwara partido el día anterior y se empeña en la tarea.

Los alumnos más antiguos ya inician la actividad en el pequeño jardín. Los ejercicios de junbi undo y hojo undo son escrupulosamente realizados a diario. El maestro Miyagi no cesa de repetir la importancia de realizarlos correcta y regularmente. Tras esto, cada uno se enfrasca en el trabajo que tiene asignado, sin distracciones y sin desviaciones. Hace ya rato que el sensei observa el entrenamiento, primero desde el interior de su casa y ahora sentado en el exterior. En la forma de practicar de sus alumnos evalúa tanto su carácter como sus cualidades personales.

Uno de los mas jóvenes lleva un par de meses practicando únicamente el inicio del kata Sanchin. Su cuerpo se ha fortalecido en este tiempo gracias a los ejercicios complementarios. Su posición es sólida y mas segura, su respiración profunda, su concentración ha aumentado gracias a un fuerte espíritu que le ha permitido mantener su entrenamiento diario de varias horas, centrado en apenas tres pasos y dos técnicas. A pesar de haber sido recomendado para ser adiestrado, debe demostrar que será digno del esfuerzo que va a ser invertido por todos en su formación. Pronto el Sensei le enseñará el resto del kata y permitirá que los senpai le instruyan.

El resto de los alumnos mantiene un fuerte ritmo de práctica. Con el mismo espíritu que el principiante (shoshin), se esfuerzan en el dominio del kata que tienen asignado. Sus técnicas y desplazamientos, el fortalecimiento específico para algunas de sus características, las aplicaciones con compañeros, el dominio ambidiestro, y finalmente la repetición incansable del mismo kata

No hay espejos. La concentración en las propias percepciones es importante, la mirada debe educarse y estar atenta a los detalles para captar el movimiento de los alumnos mas avanzados y sobre todo cuando el Sensei realiza una demostración. Este es un momento especial y poco frecuente. El kata es realizado tal cual es. No hay explicaciones. Es captado según el nivel de comprensión y dominio que cada uno tenga de él. Esto será muy útil en un verdadero combate. Las aplicaciones son igualmente reales. El Sensei utiliza a los alumnos mas avanzados como uke ya que son los que pueden aguantar el ímpetu de sus técnicas. Aún controladas, dejan marcas tanto cuando defienden como cuando atacan.


Finalmente el kata Sanchin reúne a todos los practicantes. Es realizada varias veces y a menudo sufriendo el shime del Sensei. Todos terminan al límite de sus fuerzas, con los hombros amoratados y cubiertos de sudor. Es hora de los ejercicios de relajación, de limpiar la zona de entrenamiento y de volver a colocar todo en su sitio. 



La esposa del Sensei se acerca con una gran tetera, los alumnos se apresuran a arrebatársela y a servir una taza de té verde al Sensei y a sus compañeros. Miyagi sensei aprovechaba estos momentos para hablar sobre el Karate y su filosofía, sobre la mente, el cuerpo y el espíritu, sobre la vida y la muerte. Cae la noche, han pasado varias horas desde que se inició el entrenamiento y cada uno vuelve a su casa pensando en la experiencia vivida, y en lo que tendrá que mejorar al día siguiente.

Así era el Goju-ryu original. Esta historia debe inspirarnos en nuestra práctica personal. Es verdad que no podemos entrenar tres o cuatro horas diarias supervisados además por Miyagi sensei, pero por eso mismo no podemos perder el tiempo. Hay que atender a los tres aspectos de la práctica (Shin-Gi-Tai) en función al kata que estemos estudiando. 

TAI (el cuerpo): Debemos acondicionarlo para que pueda responder a las exigencias del Kata. Quizás pida una fuerza especial en las piernas o en los brazos, o mayor flexibilidad, o resistencia. Los ejercicios complementarios y la intensa y continuada repetición de las propias técnicas mejoraran estos aspectos. No olvidemos la respiración adecuada.



GI (la técnica): Debemos dominar todas las técnicas que en el kata aparezcan (posiciones, desplazamientos, caídas, golpes, patadas, defensas, agarres y sueltas). Hacer series de repeticiones de la técnica aislada, en una posición estática o en movimiento (en línea, en cuatro u ocho direcciones), en combinación con otras, en la misma secuencia que el kata, etc. Fortalecer las superficies de contacto, aplicarlas sobre utensilios de golpeo (makiwara, saco, paos, etc), estudiar las áreas mas adecuadas para el golpeo (kyusho), la presión o el agarre, y aplicarlas con un compañero, etc. Reconocer las formas de desplazamiento, las esquivas, la utilidad de cada posición, la táctica. Estudiar y aplicar el bunkai, las múltiples variantes que nos proponga el sensei y buscar opciones personales. También debemos dominar las técnicas de ataque de uke en el bunkai. A este nivel y para su mejor comprensión no está de mas conocer el nombre de las técnicas, la historia y características del kata y como es realizado por algunos maestros.



Finalmente realizar el kata con la seguridad, que alcanzaremos por la repetición, pero también realizándola en varias direcciones, al aire libre sin referencias espaciales, o sobre un terreno desigual o entre árboles u otros obstáculos que nos obliguen a variar los desplazamientos sin perder el enbusen original del kata.



SHI (el espíritu): Si Tai es el ámbito del cuerpo y Gi es la técnica aprendida a través del cuerpo y la mente, Shi es el funcionamiento unificado de los dos ámbitos. El espíritu, lo espiritual, es algo mas que la suma de cuerpo y mente. La unificación en lo que hacemos es nuestra fuerza espiritual. Es trascender los límites que nuestra mente impone a nuestro cuerpo. Mo ichido (una vez mas) siempre es posible. Es el estado de vacío (mushin) que permite tener la plena disponibilidad de nuestras posibilidades, si vernos atados a emociones (miedo al fracaso, pánico, exceso de confianza…) y a sus manifestaciones (nerviosismo, apatía…), tampoco a imágenes mentales de nuestro razonamiento (es un adversario muy fuerte, o muy débil, o no podré o estoy “sobrado”…). Sin este estado estaremos autolimitados, no podremos usar aquello que hemos aprendido. Por ello nuestro entrenamiento del kata debe recrear lo mas fielmente posible la intensidad del combate, con consciencia plena en lo que estamos haciendo en ese momento (aquí y ahora).


El dojo es una representación de nuestra vida, y aquellas enseñanzas que adquirimos en él, al ser interiorizadas se reflejarán en cualquier aspecto de esta. 


Antonio Ávila







martes, 25 de abril de 2017

CHOJUN MIYAGI: Aniversario del nacimiento del Maestro


Al comienzo de la clase, tras unos momentos de concentración, realizamos una saludo hacia el frente (Shomen), donde en nuestro modesto dojo se encuentra un pequeño retrato de un señor que parece mirarnos con una mezcla de severidad y simpatía. Solo algunos perciben de forma consciente su existencia. Solo algunos tienen presente quién fue y lo que representa.
Aún durante la clase, hay veces que miro de reojo hacia el retrato del maestro Miyagi e imagino como sería todo si estuviera realmente presente.

Tal día como hoy, un 25 de Abril de 1888, nacía Chojun Miyagi en Naha, Okinawa, en el seno de una familia pudiente dedicada al comercio marítimo. Esta circunstancia unida a que fue nombrado heredero del negocio familiar, hizo que el joven Chojun tuviese una buena y estricta formación académica y física, y ya con once años fue puesto bajo el adiestramiento del entonces joven maestro Ryuko Aragaki y este a su vez lo introdujo en las clases del gran maestro Kanryo Higaonna. Chojun tenía catorce años, y aunque los comienzos con Higaonna sensei fueron mas duros de lo esperado, perseveró hasta el punto de convertirse en su alumno mas aventajado. 
Chojun Miyagi y Juhatsu Kyoda

















El Karate(1)  se convertiría en su pasión desde la adolescencia, entrenando por su cuenta y practicando otros deportes como el Judo y sobre todo el Sumo de Okinawa con Soei Makishi, campeón de la isla por aquél entonces. 

Aunque Miyagi no llegó a graduarse en el Instituto, fue un lector incansable y estudiaba por su cuenta todos aquellos temas que le interesaban. Su privilegiada situación  económica le permitió además disponer de tiempo para entrenar, investigar y viajar a lo largo de su vida por Okinawa, China, Hawai y Japón. Su investigación iba mas allá del ámbito de la lucha y eran de su interés otras materias como la Filosofía, la Ciencia, la Historia, el Arte, relacionándose con expertos en estos temas, y no dejando de transmitir a sus alumnos también estos conocimientos. Quizás los practicantes actuales nos centremos demasiado en la lucha y abandonemos enseñanzas mas profundas.
Miyagi sensei en el centro acompañado de intelectuales, calígrafos...hacia 1930
En 1915 fallece su maestro, Kanryo Higaonna, y comienzan sus investigaciones mas profundas, llevando mas allá las enseñanzas recibidas y dándole forma a su propia práctica y, casi sin proponérselo, a su propia escuela. Siendo ya un respetado maestro en Okinawa, no solo por su habilidad sino también por su rectitud, nunca dejó de aprender y compartir enseñanzas con otros maestros.
Maestros Ch. Miyagi, K. Mabuni, Ch. Kyan,  (posiblemente Gokenki) y  S. Matayoshi

Pero el destino estaba preparando una serie de acontecimientos que pondrían a prueba el nivel humano que había conseguido el Maestro Miyagi. Todo comienza de forma gradual en 1931 cuando Japón atacó Manchuria.  A esto le seguiría la Guerra Chino-Japonesa y la Guerra del Pacífico que culminaría con la Batalla de Okinawa entre Abril y Junio de 1945, la mas sangrienta y brutal entre la población civil de la isla, que se vio atrapada entre las fanáticas fuerzas japonesas y el demoledor ejército estadounidense. En este largo periodo muchas fueron las consecuencias negativas para la población de Okinawa, pero para el Maestro Miyagi el balance final fue la pérdida de tres de sus hijos, de muchos de sus jóvenes alumnos y de Jinan Shinzato quien se perfilaba como su sucesor. Además del horror de la muerte de muchos conocidos y no conocidos. Perdió su casa y toda la documentación y los materiales que durante años fueron recogidos en su constante investigación.
Okinawa, 1945

Durante la ocupación americana , tras la batalla, todo estaba destruido, Miyagi y su familia se habían trasladado al norte de la isla y vivían en tiendas o casas de paja. Pero tal era su reputación que incluso en estas circunstancias los que lo conocían hacían lo posible para mejorar sus situación. En momentos así, las habilidades de lucha de un maestro de Karate no son de gran ayuda, pero si su espíritu y catadura moral, y creo que ésta es la gran enseñanza, el gran legado del maestro Miyagi.
Miyagi sensei con sus alumnos en 1948

Cuando practico y miro su retrato, vienen a mi mente frases como: Entrenad cuerpo y mente, pues son la base del espíritu que anima vuestras vidas

Antonio Avila


(1) EscriboKarate entre comillas porque aún no se denominaba así.




lunes, 27 de junio de 2016

JIGORO KANÔ Y EL CAMINO DE LA MANO VACÍA

El pasado viernes en el “Espacio Cinco Anillos” de Málaga, tuvo lugar la conferencia titulada “Jigoro Kanô y el Camino de la Mano Vacía”.




Espacio Cinco Anillos, Málaga


 Para quién conoce o practica las disciplinas de Karate o Judô este título le habrá llamado la atención ya que no es muy conocida la influencia que el fundador del Judô tuvo en el desarrollo del Karate, tanto en Japón como en Okinawa.

Tras una sucinta introducción sobre los antecedentes históricos del Karate okinawense hasta la Restauración Meiji, comenzamos a hablar de la biografía de Jigoro Kanô como personaje formado en ese periodo histórico, a caballo entre lo japonés y lo occidental, entre el pasado y el futuro de Japón. Sus estudios e influencias, sus proyectos, su relación con el deporte y el Movimiento Olímpico, y sobre todo con la Educación.

Jigoro Kanô



En 1882 Kanô sensei funda el Judô Kôdokan, no como un nuevo arte marcial, sino como un método de educación integral de mejoramiento del hombre y la sociedad, bajo los principios de Seiryoku Zenryu o lograr la máxima eficacia con el mínimo esfuerzo, de Jita Kyoei o Prosperidad Mutua, y de Jiko No Kansei o la búsqueda de la perfección como persona. Así el objetivo último del Judô Kôdokan es para Kanô sensei el mejoramiento de la sociedad a través del individuo. 

La influencia del Kanô sensei sobre el Karate se constata primero en la relación personal que mantuvo con algunos de los maestros okinawenses de la época como Gichin Funakoshi, Kenwa Mabuni, Chojun Miyagi, Chutoku Kyan ó Choki Motobu. A todos los animó a difundir su arte y a algunos los promocionó fuera de Okinawa. En segundo lugar su Judô Kôdokan, fue pionero e inspiración de toda una serie de mejoras y cambios en la forma y en el contenido de la enseñanza del Karate y de las artes marciales en general. Podemos citar la búsqueda y creación de formas de realizar el combate libre que desembocaría en la competición, la utilización de un keikogi específico, el establecimiento del sistema de grados Kyu/Dan y del uso de cintos de color, lo que conllevaba la estructuración de las técnicas por niveles, el estudio científico del movimiento, la apertura de los conocimientos, la libre practica a mujeres, niños y extranjeros, la introducción en el sistema educativo, el concepto de dôjô abierto y su administración (inscripciones, reglas, cuotas…), la estructura de las clases, etc.



Cuando Jigoro Kanô sensei visita Okinawa en Enero de 1927 ya pudo comprobar a través de Miyagi sensei y otros maestros, que el Karate de la época disponía de una amplia panoplia de técnicas de proyección y luxación, aportadas históricamente por múltiples sistemas de lucha autóctonos, japoneses y chinos principalmente. Por otro lado estas técnicas, tal y como nos han llegado, no tienen las características de las usadas en Judô.


En sentido contrario se ha dicho que Funakoshi sensei colaboró con Kanô sensei en la elaboración del kata de Judô denominado Kime no Kataya que contenía técnicas de golpeo. Pero este kata fue elaborado con anterioridad a la relación Funakoshi-Kanô y ademas la tradición del Jiujitsu a la que pertenecía el Judô disponía de suficientes técnicas de golpeo como para ser el referente de este kata.

El Judô también debió influir en el Karate, quizás mas en la forma que en el contenido, través de maestros de segunda generación. En el caso concreto del Goju-Ryu alumnos de Miyagi sensei como Jinan Shinzato sensei y Eichi Miyazato sensei fueron grandes expertos en Judô, pues este llegó a Okinawa en los años 20 a través del sistema educativo.



Finalizamos la conferencia enumerando algunos hitos del amplio legado del maestro Kanô, dentro de su Judô Kôdokan, como la introducción de conocimientos de reanimación (Kuatsu), la sección de investigación médica, la primera revista de Judô, las asociaciones de Cinturones Negros y Cultural del Kôdokan, el Instituto de Investigación, etc.

El maestro Jigoro Kanô tras asistir a una sesión del Comité Olimpico Internacional en El Cairo, viaja a América y de allí hacia Japón. En este último trayecto fallece el 4 de Mayo de 1938. Sus restos mortales, cubiertos con la bandera olímpica, son desembarcados con todos los honores en el puerto de Yokohama. El barco en que llegaron, el Hikawa Maru, hoy convertido en museo, está dedicado en parte a su memoria.
Se dice que Funakoshi sensei solía saludar con respeto en dirección al Kôdokan como señal de agradecimiento. Así mismo, en alguna ocasión, todos los karatekas deberíamos hacerlo en señal de reconocimiento a la labor de tan gran hombre.








Para terminar quisiera expresar mi agradecimiento a los asistentes y a Juan Carlos Aguilar, excelente aikidoka y director del Espacio Cinco Anillos.

Antonio Avila