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domingo, 6 de septiembre de 2020

VISITA AL SANTUARIO DE NAMINOUE, NAHA (OKINAWA)



Para finalizar esta serie de artículos en torno al santuario de Naminoue, haremos un recorrido para conocerlo y apreciar los diferentes componentes de un santuario shintô.

En el barrio de Wakasa en Naha, avanzando por Naminoue-dori nos encontramos con el ichi no torii (el primer torii-一の鳥居) que indica la entrada al área sagrada al santuario (jinja  神社) de Naminoue.



El torii ( ) es una puerta a lo espiritual. Al atravesarlo dejamos atrás el mundo profano y este gesto se convierte en una simbólica intención de purificar el alma, lo que reconoceremos con un pequeño saludo antes de entrar.

         Su simple estructura consistente en dos columnas verticales (hashira, ) que sostienen a dos travesaños (kasagi , el superior y nuki el inferior) es ya conocida en todo el mundo (incluso tiene su emoji en WhatsApp). Su curiosa resistencia a todo tipo de catástrofes, lo ha convertido también en un símbolo de resiliencia ante cualquier adversidad.
El santuario tras la guerra, en 1948
Tras pasar el ichi no torii comenzamos a recorrer el camino de acceso al santuario, el sandô ( ). En este caso dividido en un carril asfaltado para coches y otro empedrado.

Ambos accesos están flanqueados por linternas de piedra o de madera (tôrô - 灯籠), adquiridas para el santuario por individuos, familias o empresas cuyos nombres figuran en las mismas.


Lo santuarios shintô, cuando es posible, suelen estar rodeados de una zona boscosa, el chinju no mori (bosque divino - 鎮守の森), aquí está representado con pequeñas áreas de vegetación que envuelven al menos el lateral izquierdo del camino.


















Antes del ni no torii (二之鳥居), o segundo torii, encontramos una pequeña área de aparcamiento y un edificio multiusos.

         Al atravesar este segundo torii, la sensación de sacralidad aumenta, sobre todo si tenemos la suerte de poder visitar el santuario a solas. Cuando hay mucha gente (turistas) o hay una celebración especial como Año Nuevo, el ambiente cambia por completo. 




A la izquierda encontramos el chōzuya o temizuya (手水舎), el pequeño puesto donde realizar el temizu (手水) o ablución de manos y boca, ceremonia imprescindible como preparación al culto y que hace que el fiel se libere del mal y la contaminación, volviendo a ser puro.





Tomaremos agua con un cazo (hishaku -柄杓), de la pila de agua corriente o de alguna de las tres fuentes en forma de dragón que hay a la izquierda, y la verteremos sobre la mano izquierda, y luego sobre la derecha para purificarlas. Después recogiendo agua del cazo con la mano izquierda, enjuagaremos la boca. Volveremos a lavar la mano izquierda y para terminar elevaremos el hishaku para que el agua restante purifique el mango.


También en el lado izquierdo se erige una estatua del emperador Meiji con su uniforme militar al estilo prusiano, recordando la época de construcción del santuario shintô y de paso la “japonización” de Okinawa y el culto al emperador.




En el mismo lado un poco más adelante dos pequeños santuarios: El Ukushima Jinja dedicado a los kami del lugar (Ukishima es la antigua denominación de la zona de Naminoue), y el Yomochi Jinja, dedicado a Noguni Sokan, el introductor de la caña de azúcar y las patatas en Okinawa.


Frente al ni no torii se ubica el edificio principal del santuario, el haiden (拝殿), la sala de culto, flaqueada por los protectores komainu (perros-león 狛犬) que como no podría ser de otra forma aquí son los tradicionales shîshâ (シーサー) de Okinawa.


Este no es el único elemento que nos recuerda que estamos en el antiguo reino de Ryukyu, pues también lo hace el estilo arquitectónico con sus tejados de tejas anaranjadas rematados con otros sendos shisha, y los dragones dorados de influencia china, muy importantes en la religión autóctona y que se colocan, como en este caso, en las entradas para alejar a los malos espíritus.


Por lo demás mantiene los mismos elementos que cualquier otro santuario shintô, como el cartel con el nombre del santuario, o la cuerda shimenawa (標縄 – “cuerda enrollada”) con las características  tiras de papel en zig-zag o shide (紙垂). Esta cuerda de paja delimita un recinto sagrado y puro, y ya la pudimos ver sobre el ichi no torii


Frente al haiden podemos realizar un sencillo ritual. Arrojamos unas monedas en el cajón para donativos (saisen -賽銭), realizamos dos reverencias, seguidas de dos palmadas,  los creyentes pueden realizar ahora una pequeña plegaria, y se finaliza con una profunda reverencia. En otros santuarios hay una cuerda que hace sonar un gran cascabel (suzu,  ) a modo de llamada  a los kami después del donativo, pero aquí no existe.

         Al haiden solo se puede acceder para ceremonias más elaboradas (como una boda) y antes se debe recibir por parte de un sacerdote (shinshoku, 神職) un ritual para ahuyentar los a los malos espíritus consistente en pasar por encima de la cabeza el haraigushi 祓串, un palo con tiras de papel). Su interior presenta bellos contrastes de los colores bermellón y blanco.

Tras el haiden se encuentra otro edificio más inaccesible, el salón principal o honden (本殿), considerado como el espacio más sagrado, y donde se celebran las más importantes ceremonias, siendo el hogar de los kami del santuario.
         Curiosamente es el edificio del santuario más visible desde el mar. Construido en el antiguo estilo taisha-zukuri (  ) que imita a las casas japonesas, podemos ver en su tejado los elementos característicos como el katsuogi (鰹木 – fila decorativa de vigas cilíndricas) y el chigi (千木 - o vigas de madera cruzadas a ambos extremos del tejado). Que el remate de los chigi este cortado verticalmente (estilo sotosogi)  y que el número de katsuogi sea impar (siete en total), indican que la deidad principal del santuario es masculina.



A la derecha del haiden se ubica el shamusho (社務所), u oficina donde suelen estar los sacerdotes y las asistentes (miko -巫女), y donde se gestionan las ceremonias como bodas, oraciones por la familia o el negocio, protección contra espíritus malignos o los accidentes de tráfico, agradecer el nacimiento de un niño (Omiyamairi -お宮参り), etc.  



Boda en Naminoue
Rito de hakamagi (袴着) la primera hakama






También se atiende a los visitantes y tiene un puesto donde se venden diferentes amuletos como omamori (お守り), shinsatsu ( ) y mamorifuda ( ). También las tablillas ema (絵馬) para escribir oraciones o deseos, y los omikuji (お神籤) o tiras de papel donde se desvela nuestra fortuna. Si es buena nos quedaremos con el papel y si es mala la ataremos en el lugar preparado para ello.
Ema
Omikuji















Todos estos objetos no son meros recuerdos de nuestro paso por el santuario, sino que tienen un gran significado para los creyentes. En japonés se utiliza el verbo “recibir” (ukeru- 受ける) en ve de “comprar” (kau - 買う) cuando se adquieren estos objetos.

El Santuario Naminoue tiene fama de un gran poder espiritual, protector de la paz, la salud, la seguridad y la prosperidad, además de ayudar a encontrar pareja.

         Al margen de las ceremonias que se celebran durante todo el año, dos son los grandes acontecimientos. El Año Nuevo donde miles de personas acuden para orar por un buen año, y el Festival Nanmin ( ) a mediados de Mayo, en el que parte del santuario en procesión un palanquín  con un santuario portátil (mikoshi, 輿) y se celebran ritos religiosos en los que también participan noro (祝女), sacerdotisas de la religión original de Okinawa.

También  se  organizan multitud de actividades paralelas como demostraciones de Karate (空手), danzas tradicional eisâ (エイサー), shishimai (獅子舞) la danza del león, tsunahiki (綱挽), competiciones de tirar de soga y  de sumo de Okinawa (沖縄角力). Además se hace bukubuku-cha福々茶), un típico té espumoso de la isla.

Shishimai
Antonio Ávila

viernes, 4 de septiembre de 2020

EL SANTUARIO DE NAMINOUE: SU HISTORIA RECIENTE



En 1868 el nuevo gobierno Meiji, establece el sistema de ordenación del territorio por ken  (), antecedente de las actuales prefecturas, (Okinawa es prefectura en 1879) y el reino de Ryûkyû fue abolido unilateralmente.

         A pesar de la invasión de 1609 y el control encubierto que el clan Shimazu de Satsuma ejercía sobre este reino, seguía siendo  considerado como un país extranjero y como tal se volvió a ocupar. El entonces rey Sho Tai con su corte es exilado a Tokyo en 1972 siendo nombrado marqués, al nuevo estilo europeo.
Sho-Tai. Último rey de Ryûkyû
El siguiente paso para la unificación del territorio fue establecer una serie de programas dirigidos a “hacer japoneses” a los nuevos ciudadanos, que hasta entonces mantenían su propia cultura, lengua y religión.


        Políticamente, además del exilio del rey, se desalojó su residencia en Shuri y la capital de la nueva prefectura de Okinawa se trasladó a Naha.
         Para los interesados en la historia del Karate, este proceso es de gran importancia, porque supuso que las artes marciales de Shuri se empezaran a transmitir fuera del ámbito de la corte y del ejército, sobre todo tras la muerte en 1901 del exilado último rey de Ryûkyû.
         En cuanto al programa de asimilación religiosa, que es el que ahora nos interesa, se impuso la “Religión sintoísta Nacional” (Kokka Shintô - 国家神道) en la que el Emperador de Japón era un dios viviente digno de ser adorado, y llegado el caso, morir por él.
Meiji Tennô
        La religión nativa se prohibió y se persiguió a sus sacerdotisas (yuta y noro), se erigieron puertas sintoístas (toori -鳥居), por todo el territorio, incluso en pequeñas isla desiertas, marcando el territorio como posesión de los kami () japoneses.  Muchos de los lugares del culto tradicional de las islas o utaki ( ) fueron destruidos o sustituidos por santuarios shintô (jinja - 神社) al más puro estilo japonés, como fue el caso de Naminoue-gû, y se intentó la asimilación de deidades nativas al panteón shintôista.
         Estas prácticas se mantuvieron en el tiempo intensificándose en los años previos a la II Guerra Mundial. Posteriormente este proceso de “shintoización” se ha mantenido aunque de manera más suave, debido a que el pueblo de Okinawa a pesar de todo ha protegido sus creencias haciendo ofrendas en lugares sagrados, negándose a realizar en sus casas ritos shintô, y manteniendo sus sacerdotisas noro para los oficios y las yuta para todo tipo de consultas.

          En la actualidad se respetan los utaki aunque colocándoles algún elemento shintô como un torii. Se permiten las ofrendas con el tradicional incienso negro (senko) y la presencia de noro en los templos shintô que fueron anteriormente utaki, además de otras concesiones.

         Las autoridades permitén que una noro se pueda convertir en sacerdotisa shintô (kannushi -神主) o construir un jinja sobre su utaki pero al parecer estos casos nunca se han dado.

         Incluso algunas familias japonesas que se instalan en las islas de Okinawa, no tienen ningún problema en aceptar las antiguas creencias de Ryûkyû.
         En Okinawa no hay más de diez templos shintô reconocidos por la Asociación de Santuarios Shintô (Jinja-honchô - 神社本庁). Entre ellos este de Naminoue-gû en Naha.

           El santuario de Naminoue, ya estaba incluido entre los principales “Ocho Santuarios de Ryûkyû” (Ryûkyû hassha o Ryûkyû yasa-琉球 ) patrocinados por la familia real. Cada uno de ellos fue asociado a un templo budista (en el caso de Naminoue al Gokoku-ji), repartiéndose las competencias ceremoniales. Las relacionadas con la vida se ofician en el santuario shintô y las relacionadas con la muerte en el budista.
El antiguo templo Gokoku-ji
Cuando Ryûkyû se convirtió en prefectura en 1879,  los santuarios perdieron su financiación, entre otras cosas por la poca afluencia de fieles, pero el de Naminoue fue el único que se clasificó en 1890 como  Kanpei-Shosha ( 官幣小社 ) o santuario de tercera categoría dentro de las tres en que categorizan los santuarios apoyados y financiados por el gobierno en relación a su grado de asociación a la familia imperial. Se le designa como el “Santuario para la protección de la tranquilidad de toda Okinawa” (沖縄総鎮守社, Okinawa sōchinshu sha ).

      Como dato curioso, podemos decir que era en este santuario donde se hizo habitual que acudieran las mujeres durante la Guerra Sino-Japonesa (1894-5) y la Guerra Ruso-Japonesa (1904-5), para pedir a los dioses que sus hijos no fueran considerados aptos para el servicio militar en el Imperio Japonés.

        La relación del santuario con la casa imperial se remontó a Minamoto no Tametomo (源為朝 – 1139-1170), cuya familia fue fundada por el emperador Seiwa (清和天皇 – 850-880). La creencia es que este personaje huyendo de la rebelión Hôgen llegó a las islas, fundando el reino de Chûzan del que su hijo Shunten (舜天 , 1166–1237) sería el primer rey. Fue un intento de demostrar que la casa real de Ryûkyû era finalmente una rama de la casa imperial de Japón.

         En 1924, el gobierno imperial japonés declaró oficialmente a Naminoue centro de los asuntos religiosos en Okinawa. Desde entonces fueron objeto de veneración en el santuario los símbolos de Tametomo, Shunten y los reyes Sho En (尚円, 1470 – 1476, fundador de la segunda dinastía Sho), Sho Nei (尚寧, 1587 – 1620, quién sufrió la invasión Shimazu) y Sho Tai (尚泰, 1843-1901, quién fue último rey de Ryû-Kyû).

Naminoue-gu en 1925

El santuario fue remodelado en 1923 para adaptarlo mejor a los estilos arquitectónicos de un santuario sintoísta japonés. Fue destruido en el año 1945 durante la batalla de Okinawa, donde también se destruyó una famosa campana fundida en Corea en el 956, que fue nombrada como Tesoro Nacional en 1907.




Naminoue tras la guerra


La primera reconstrucción del honden (sala principal) y la oficina del santuario finalizó en 1953, y la del haiden (sala de culto) en 1961. La reconstrucción del resto de edificios y pequeños santuarios lo hizo en 1993.




Naminoue en 1963
Antonio Ávila




lunes, 31 de agosto de 2020

"RESPLANDOR DEL ATARDECER EN JUNGAI" (Jungai sekishô -筍 崖 夕照,)


Ya dijimos en un anterior artículo (http://malagagojuryu.blogspot.com/2020/08/ocho-vistas-de-ryukyu.html) que el maestro Hokusai había utilizado como modelo para la serie de paisajes “Ocho vistas de Ryûkyû” (Ryûkyû hakkei -琉球 八景) los grabados de la obra china de Zhou Huang titulada “Breve Historia del Reino de Ryûkyû” de 1757, reeditada en 1831.



Las imágenes originales impresas en blanco y negro, fueron coloreadas por Hokusai, algo modificadas y con nuevos elementos, ausentes en el original.

         El santuario de Naminoue, retratado por Zhou Huang tomó como base el existente tras la reconstrucción de que fue objeto después del incendio sufrido en el año 1633, lo que también indica que se habían erigido construcciones típicas de un recinto shinto, aunque su adhesión a la religión local aún fuera muy fuerte. Un elemento característico de los santuarios shinto (jinja -神社) es el torii (鳥居), la puerta o el arco que indica el inicio del espacio sagrado y que ya es representado en el grabado original.
Actual torii de entrada al recinto (2008)

Al igual que el grabado de la obra de Zhou Huang retrata un paisaje que evoca la cercanía de Ryûkyû con China, tanto en el dibujo como en las construcciones, las variaciones introducidas por Hokusai tratan de mostrarlo como un reino lejano y exótico, pero a la vez más cercano a Japón.

         Para ello introduce elementos “intercambiables” entre las culturas local, china y japonesa. Por ejemplo los tejados de estilo irimoya, los vemos hoy como típicamente japoneses, pero este es un estilo que penetró en Japón a partir de las construcciones budistas chinas. 

Los barcos de pesca no son característicos del lugar, más bien japoneses, pero en cualquier caso no muy diferentes a los modelos que por esas aguas se utilizaban.



Antigua foto de barcas de pesca entrando al puerto de Naha

Barcas de pesca (Museo de la Prefectura de Okinawa), 2019
El recinto del santuario está rodeado por una construcción de mampostería que le da sustento y actúa como muro protector de los elementos. Hokusai recrea su mampostería, y aunque lo más probable es que no tuviese una clara información de las construcciones de Ryûkyû, y lo hiciese como aparece en otros dibujos suyos, el efecto es similar al estilo tradicional de la zona llamado “aikatazumi”.


Aparejo aikatazumi. Castillo de Shuri, 2003.


Un “ingrediente” que da un sabor exótico a la estampa es la forma inusual en Hokusai del cartucho, donde incluye el título original chino en cuatro caracteres, el nombre de la serie y la firma del autor, y que recuerda a una especie de abanico chino, o a los usados también en danzas de Ryûkyû o portados por personajes como "Miruku".




Representación de Miruku con abanico. Shuri, 2008.

En cuanto al tratamiento general del paisaje vemos elementos propios de Hokusai aunque a veces atenuados por el respeto a la imagen original, como el punto de vista elevado o el obligado pequeño tamaño de las figuras humanas. 

Antonio Ávila

domingo, 30 de agosto de 2020

"UN SANTUARIO SOBRE LAS OLAS"

Con una reproducción del Jungai sekishô de Hokusai

Una de las estampas de las “Ocho vistas de Ryûkyû” (Ryûkyû hakkei -琉球 八景) de Hokusai, es la titulada "Resplandor del atardecer en Jungai" (Jungai sekishô -筍 崖 夕照,). En ella se representa el sitio del actual santuario sintoísta de Naminoue-gû (波 上 宮 - なみのうえぐう).

Este santuario cuyo nombre significa literalmente “Santuario sobre las olas” (Nanmin en uchinaguchi - 波 上,), originalmente era un espacio sagrado (utaki -御嶽) de la religión nativa de Ryûkyû (So-Sen-Su-Hai -祖先崇 拝 – “Adorar y respetar a los antepasados”)

Los utaki son lugares sagrados que al igual que en el Shinto, se ubican en espacios naturales como una pared o un afloramiento rocoso (como en el caso de Nanmin), un pequeño bosque, una cueva…. Generalmente una piedra grande o un árbol marcan el centro de un utaki y allí se colocan quemadores de incienso (senko) y plataformas para las ofrendas.

Sefa Utaki es el sitio más sagrado de Okinawa, (Chinen, 2008)
Es un lugar donde las deidades (Kami -神) descienden para comunicarse a través de una sacerdotisa (noro -  祝 女) que oficia las ceremonias. Esta accede de manera exclusiva al lugar sagrado, que no suele presentar ningún tipo de construcción pero que puede estar delimitado por un pequeño muro de piedra.
Representación de Noro. Museo de la Prefectura de Okinawa. (Naha, 2019)

Algunos utaki importantes si están asociados a alguna modesta construcción,  otros a alguna de estilo chino o estar anexos a un templo shinto, como ocurre en Naminoue, pues tras el edificio principal (honden) del actual templo, aún se mantiene el utaki original consistente en un pequeño afloramiento calizo y un murete de piedra.

         No se tiene una fecha exacta del inicio de la devoción por este utaki, pero su belleza natural, su ubicación extraordinaria y su acantilado, que alberga cuevas con tumbas correspondientes al periodo Jomon Tardío (2.500 – 1.000 a. C), hace pensar que fue un lugar especial desde que fue descubierto por el hombre.

Una leyenda cuenta que un pescador encontró una misteriosa piedra a la que empezó a orar y desde entonces fue afortunado en la pesca. Pero los kami le quitaron la piedra y a partir de entonces el sitio del hallazgo se convirtió en un lugar donde comunicarse con ellos, y fue conocido como Namin.

         Ya en época histórica, en un antiguo poema de Ryûkyû incluido en el Omoro Sôshi  (植物園草紙), una compilación de poemas y canciones fechado entre 1531 y 1623, se menciona la existencia de la piedra sagrada del utaki.

Quizás la impresión que da este acantilado de adentrarse en el mar es lo que hizo que fuese dedicado a Nirai Kanai la isla origen de la vida y en donde descienden los dioses periódicamente para repartir sus bendiciones, siendo el origen de todas las cosas buenas (fuego, arroz, herramientas…) y malas (insectos, ratas…). En Okinawa, más que en los cielos, se concibe a los dioses más allá del mar, a lo que alude el término Nirai Kanai, pues del mar viene su sustento. Así desde este enclave se podía entrar en conexión con la mística isla.
Acantilado de Naminoue (Naha, 2003)

Una de las referencias históricas más antiguas al santuario de Naminoue es cuando se le asoció el templo budista Naminoue-san Gokoku-ji ( 上山 護国寺, "Templo para la Protección del País de la Montaña Naminoue") fundado en 1367 por Raijû , un monje de la provincia japonesa de Satsuma, hecho registrado en el Ryûkyû-koku yûrai-ki (琉球 由来 , "Registro del origen del reino de Ryûkyû).


El santuario con el tiempo se convirtió en el más importante de Ryûkyû, con visitas anuales del rey para pedir la paz y la prosperidad del reino. En una época de gran expansión comercial marítima, se consagró a los kami del mar, para garantizar una segura y prospera navegación.

Fue registrado oficialmente como principal santuario en 1605, en el Ryūkyū Shintō-ki (琉球 神道 記  Registro de Ryūkyū Shinto) por el monje japonés de la secta budista Jôdô Taichū Ryôtei que vivió en Naha entre 1603 y 1606.

Antonio Ávila